«En el estadio todos los corredores cubren la carrera, aunque uno solo se lleva el premio. Corred así: para ganar. Pero un atleta se impone toda clase de privaciones. Ellos para ganar una corona que se marchita; nosotros, en cambio, una que no se marchita» (1ª Corintios 9, 24-25)
En la fe nos puede pasar como con los deportes, hay millones de admiradores que se ponen camisetas y se pelean por un equipo… pero pocos son atletas o deportistas de verdad… pocos se esfuerzan por mantenerse en forma o por alcanzar el premio…
Millones creemos en Dios, decimos confiar en él… pero que pocos son los que de verdad se fían de sus consejos… pocos los que se esfuerzan por mantenerse en forma espiritual… Pocos los que siguen sus consejos de la Cuaresma: La oración, el ayuno y la limosna…
En resumen, el para qué de la Cuaresma es en el fondo y en la forma nada más que nuestra felicidad… aquella corona, titulo, copa que no se marchita… que no pasa… El cristiano corre… los demás miran…
Feliz Lunes!!!