El matrimonio con María
«José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer, porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mt 1, 20-21).
En estas palabras se halla el núcleo central de la verdad bíblica sobre san José, el momento de su existencia al que se refieren particularmente los Padres de la Iglesia…
El mensajero se dirige a José como al «esposo de María», aquel que, a su debido tiempo, tendrá que imponer ese nombre al Hijo que nacerá de la Virgen de Nazaret, desposada con él. El mensajero se dirige, por tanto, a José confiándole la tarea de un padre terreno respecto al Hijo de María.
«Despertado José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer» (Mt 1, 24). El la tomó en todo el misterio de su maternidad; la tomó junto con el Hijo que llegaría al mundo por obra del Espíritu Santo, demostrando de tal modo una disponibilidad de voluntad, semejante a la de María, en orden a lo que Dios le pedía por medio de su mensajero» (REDEMPTORIS CUSTOS, 2-3)
Texto tomado de la EXHORTACIÓN APOSTÓLICA REDEMPTORIS CUSTOS DEL SUMO PONTÍFICE SAN JUAN PABLO II SOBRE LA FIGURA Y LA MISIÓN DE SAN JOSÉ EN LA VIDA DE CRISTO Y DE LA IGLESIA
María y José, vosotros que fuistéis verdaderamente esposos y padres de Jesús el Hijo de Dios, os pedimos por las parejas, matrimonios y familias para que en el centro de su vida esté un Amor grande, el Amor de Misericordioso de Dios…
Que la sagrada familia acompañe y guíe a las nuestras, para que en compañía de Dios salgamos adelante en estos tiempos tan difíciles para la humanidad, y que el lecho de la familia sea la base para encontrar la paz entre los hombres