Según nuestra fe fuimos creados a imagen y semejanza de Dios. Y como nos dice el Apóstol San Juan en su primera carta: «
I Juan 4,16: «Y nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene, y hemos creído en él. Dios es Amor y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él.»
De ahí que nuestra existencia sea una continua sed de Vida y Amor, pero no de cualquier tipo de vida y amor.
Por esto San Agustín escribió:. «Nuestra alma tiene sed de Dios y nuestro corazón andará inquieto hasta que descanse en ti…»
¿Dónde sacias tu sed?