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Tu Fe es mi Fe… 0 (0)

15. QUINTO GOZO

María y José unidos en una misma fe… sosteniéndose el uno al otro!!!

«San José, por tanto, se convirtió en el depositario singular del misterio «escondido desde siglos en Dios» (cf. Ef 3, 9), lo mismo que se convirtió María en aquel momento decisivo que el Apóstol llama «la plenitud de los tiempos»…

De este misterio divino José es, junto con María, el primer depositario. Con María —y también en relación con María— él participa en esta fase culminante de la autorrevelación de Dios en Cristo, y participa desde el primer instante. Teniendo a la vista el texto de ambos evangelistas Mateo y Lucas, se puede decir también que José es el primero en participar de la fe de la Madre de Dios, y que, haciéndolo así, sostiene a su esposa en la fe de la divina anunciación. Él es asimismo el que ha sido puesto en primer lugar por Dios en la vía de la «peregrinación de la fe», a través de la cual, María, sobre todo en el Calvario y en Pentecostés, precedió de forma eminente y singular[9]» (REDEMPTORIS CUSTOS, 5)

Texto tomado de la EXHORTACIÓN APOSTÓLICA REDEMPTORIS CUSTOS DEL SUMO PONTÍFICE SAN JUAN PABLO II SOBRE LA FIGURA Y LA MISIÓN DE SAN JOSÉ EN LA VIDA DE CRISTO Y DE LA IGLESIA

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Compañeros de camino… 0 (0)

14. QUINTO DOLOR

«La Bienaventurada Virgen avanzó en la peregrinación de la fe y mantuvo fielmente la unión con su Hijo hasta la cruz» [5] y «precedió»[6] a todos los que, mediante la fe, siguen a Cristo.

Ahora, al comienzo de esta peregrinación, la fe de María se encuentra con la fe de José. Si Isabel dijo de la Madre del Redentor: «Feliz la que ha creído», en cierto sentido se puede aplicar esta bienaventuranza a José, porque él respondió afirmativamente a la Palabra de Dios, cuando le fue transmitida en aquel momento decisivo. En honor a la verdad, José no respondió al «anuncio» del ángel como María; pero hizo como le había ordenado el ángel del Señor y tomó consigo a su esposa. Lo que él hizo es genuina «obediencia de la fe» (cf. Romanos 1, 5; 16, 26; 2 Corintios 10, 5-6).

Se puede decir que lo que hizo José le unió en modo particularísimo a la fe de María. Aceptó como verdad proveniente de Dios lo que ella ya había aceptado en la anunciación»  (REDEMPTORIS CUSTOS, 4)

Texto tomado de la EXHORTACIÓN APOSTÓLICA REDEMPTORIS CUSTOS DEL SUMO PONTÍFICE SAN JUAN PABLO II SOBRE LA FIGURA Y LA MISIÓN DE SAN JOSÉ EN LA VIDA DE CRISTO Y DE LA IGLESIA

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Esposo de María… 0 (0)

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Matrimonio de María y José. Vidriera en la Iglesia de San José en Nazaret

El matrimonio con María

«José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer, porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mt 1, 20-21).

En estas palabras se halla el núcleo central de la verdad bíblica sobre san José, el momento de su existencia al que se refieren particularmente los Padres de la Iglesia…

El mensajero se dirige a José como al «esposo de María», aquel que, a su debido tiempo, tendrá que imponer ese nombre al Hijo que nacerá de la Virgen de Nazaret, desposada con él. El mensajero se dirige, por tanto, a José confiándole la tarea de un padre terreno respecto al Hijo de María.

«Despertado José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer» (Mt 1, 24). El la tomó en todo el misterio de su maternidad; la tomó junto con el Hijo que llegaría al mundo por obra del Espíritu Santo, demostrando de tal modo una disponibilidad de voluntad, semejante a la de María, en orden a lo que Dios le pedía por medio de su mensajero» (REDEMPTORIS CUSTOS, 2-3)

Texto tomado de la EXHORTACIÓN APOSTÓLICA REDEMPTORIS CUSTOS DEL SUMO PONTÍFICE SAN JUAN PABLO II SOBRE LA FIGURA Y LA MISIÓN DE SAN JOSÉ EN LA VIDA DE CRISTO Y DE LA IGLESIA

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Cuidas del Salvador… 0 (0)

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Imagen de internet

«Llamado a ser el Custodio del Redentor, «José… hizo como el ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer» (Mt1, 24).

Desde los primeros siglos, los Padres de la Iglesia, inspirándose en el Evangelio, han subrayado que san José, al igual que cuidó amorosamente a María y se dedicó con gozoso empeño a la educación de Jesucristo[1], también custodia y protege su cuerpo místico, la Iglesia, de la que la Virgen Santa es figura y modelo.

En el centenario de la publicación de la Carta Encíclica Quamquam pluries del Papa León XIII[2], y siguiendo la huella de la secular veneración a san José, deseo presentar a la consideración de vosotros, queridos hermanos y hermanas, algunas reflexiones sobre aquél al cual Dios «confió la custodia de sus tesoros más preciosos»[3], Con profunda alegría cumplo este deber pastoral, para que en todos crezca la devoción al Patrono de la Iglesia universal y el amor al Redentor, al que él sirvió ejemplarmente.

De este modo, todo el pueblo cristiano no sólo recurrirá con mayor fervor a san José e invocará confiado su patrocinio, sino que tendrá siempre presente ante sus ojos su humilde y maduro modo de servir, así como de «participar» en la economía de la salvación[4].

Considero, en efecto, que el volver a reflexionar sobre la participación del Esposo de María en el misterio divino consentirá a la Iglesia, en camino hacia el futuro junto con toda la humanidad, encontrar continuamente su identidad en el ámbito del designio redentor, que tiene su fundamento en el misterio de la Encarnación.

Precisamente José de Nazaret «participó» en este misterio como ninguna otra persona, a excepción de María, la Madre del Verbo Encarnado. El participó en este misterio junto con ella, comprometido en la realidad del mismo hecho salvífico, siendo depositario del mismo amor, por cuyo poder el eterno Padre «nos predestinó a la adopción de hijos suyos por Jesucristo» (Ef 1, 5)» (REDEMPTORIS CUSTOS, 1)

Texto tomado de la EXHORTACIÓN APOSTÓLICA REDEMPTORIS CUSTOS DEL SUMO PONTÍFICE SAN JUAN PABLO II SOBRE LA FIGURA Y LA MISIÓN DE SAN JOSÉ EN LA VIDA DE CRISTO Y DE LA IGLESIA

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Marzo: Mes de San José 0 (0)

El 19 de marzo es el día de la Solemnidad de San José Esposo de la Virgen María. Por eso este mes se le llama de San José.

Os invitamos que en marzo, en medio de la Cuaresma y luego la Semana Santa os acerquéis a San José, le conozcáis un poco más y por qué no, os hagáis Amigos suyos.

Nuestro Señor Jesucristo le tuvo como padre aquí en la tierra. Para Jesús, San José es tan importante como la Virgen María.

Cada día de este mes en el Blog iremos publicando algo sobre este tan importante Santo y a la vez tan escondido o desconocido para la mayoría de los cristianos.

Para hoy os invito a ver este vídeo en que nuestro papa Francisco nos habla de San José, antes de ser elegido Sumo Pontífice. Su predicación en la Basílica de San José de Flores en Buenos Aires, Argentina durante la Fiesta del santo.

Que durante este mes de San José le conozcas más y él te ayude a amar más a Jesús y a María.

Feliz Mes de Marzo, Tulio.

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«Jamás te das por vencido…» 0 (0)

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El regreso del Hijo Pródigo

«En las parábolas dedicadas a la misericordia, Jesús revela la naturaleza de Dios como la de un Padre que jamás se da por vencido hasta tanto no haya disuelto el pecado y superado el rechazo con la compasión y la misericordia. Conocemos estas parábolas; tres en particular: la de la oveja perdida y de la moneda extraviada, y la del padre y los dos hijos (cfr Lc 15,1-32). En estas parábolas, Dios es presentado siempre lleno de alegría, sobre todo cuando perdona. En ellas encontramos el núcleo del Evangelio y de nuestra fe, porque la misericordia se muestra como la fuerza que todo vence, que llena de amor el corazón y que consuela con el perdón» (Misericordiae Vultus, 9)

Carta de Convocación del Jubileo Extraordinario de la Misericordia: Misericordiae Vultus, si quieres leer toda la carta del Papa Francisco.

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«Quinto Dolor y Gozo de San José» 0 (0)

Oración de todos los días.

¡Oh amabilísimo Patriarca, Señor San José! Desde el abismo de mi pequeñez, dolor y ansiedad, os contemplo con emoción y alegría de mi alma en vuestro solio del cielo, como gloria y gozo de los Bienaventurados, pero también como padre de los huérfanos en la tierra, consolador de los tristes, amparador de los desvalidos, gozo y amor de tus devotos ante el trono de Dios, de tu Jesús y de tu santa Esposa.

Por eso yo, pobre, desvalido, triste y necesitado, a Vos dirijo hoy y siempre mis lágrimas y penas, mis ruegos y clamores del alma, mis arrepentimientos y mis esperanzas; y hoy especialmente os traigo ante vuestro altar y vuestra imagen una pena que consoléis, un mal que remediéis, una desgracia que impidáis, una necesidad que socorráis, una gracia que obtengáis para mí y para mis seres queridos.

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Siete Dolores y Gozos de San José, Santuario de Torreciudad

1. Quinto Dolor:

      “La huida a Egipto…

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«El ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y estate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo» (Mateo 2,13).

– Cuán grande fue tu dolor San José, al escuchar de boca del Ángel del Señor que huyeras a Egipto para salvar la vida del Niño Jesús.

– Es también tu dolor al contemplar el sufrimientos de todos las personas que hoy en el mundo se ven obligados a huir de las guerras y el hambre para salvar sus vida y la de su familia.

2. Quinto Gozo:

 “Tú alegría al tener a Dios mismo a tu lado..

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«Y estuvo allí hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que dice el Señor por el profeta: «De Egipto llamé a mi hijo» (Mateo 2,15).

– La presencia del mismo Dios en el Niño Jesús te llenaba el corazón de alegría y te daba fuerzas para luchar cada día para cuidar de él junto con María.

– Tu gozo se prolonga en la solidaridad y compasión con que tantos acogen y socorren a los refugiados e inmigrantes de situaciones de conflicto armado o de sequías o desastres naturaleza.

3. Presenta tu acción de gracias y súplica a San José: Con tus palabras agradece a Dios y pídele por medio de San José por tus necesidades.

4. Reza un Padrenuestro, Ave María y Gloria.

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«En el silencio buceamos en el corazón de Dios…» 0 (0)

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Imagen tomada de Bing

«Queremos vivir este Año Jubilar a la luz de la palabra del Señor: Misericordiosos como el Padre. El evangelista refiere la enseñanza de Jesús: « Sed misericordiosos, como el Padre vuestro es misericordioso » (Lc 6,36). Es un programa de vida tan comprometedor como rico de alegría y de paz. El imperativo de Jesús se dirige a cuantos escuchan su voz (cfr Lc 6,27). Para ser capaces de misericordia, entonces, debemos en primer lugar colocarnos a la escucha de la Palabra de Dios. Esto significa recuperar el valor del silencio para meditar la Palabra que se nos dirige. De este modo es posible contemplar la misericordia de Dios y asumirla como propio estilo de vida» (Misericordiae Vultus, 13)

Carta de Convocación del Jubileo Extraordinario de la Misericordia: Misericordiae Vultus, si quieres leer toda la carta del Papa Francisco.

Feliz Fin de Semana en la Paz del Señor y con vuestras familias!!!