«¡Cómo deseo que los años por venir estén impregnados de misericordia para poder ir al encuentro de cada persona llevando la bondad y la ternura de Dios! A todos, creyentes y lejanos, pueda llegar el bálsamo de la misericordia como signo del Reino de Dios que está ya presente en medio de nosotros» (Misericordiae Vultus, 5).
Carta de Convocación del Jubileo Extraordinario de la Misericordia: Misericordiae Vultus por si quieres leerla toda.