San José no es el centro del Evangelio, cierto. Pero tiene una página ahí, en el libro por excelencia de la literatura universal. Y desde luego, en la literatura cristiana.

Escritor hubo que se contentaba con pasar a la historia ocupando cinco líneas de una enciclopedia universal de fama. San José tiene páginas en el Evangelio, la enciclopedia más famosa de la Historia.

Esa presencia Evangelica de San José se sitúa en lo que llamamos los «Evangelios de la Infancia de Jesús». Las páginas más removidas de los estudios del Nuevo Testamento. Esta movida, sin embargo, nunca busca acabar con esas páginas, sino que busca un mejor entendimiento y comprensión del mensaje de salvación encerrado en ellas.

Los devotos de San José nunca deben temer que los estudios de estos pasajes evangélicos vayan a oscurecer la figura del Santo. Todo lo contrario. Tras cada investigación, su figura sale más y más ganadora, desde el momento que se libera de estructuras postizas y se le descubre en su verdadero puesto, en el que y para el que fue elegido por Dios.

También en este caso es necesaria una cura de realismo evangélico. ¡No se puede ser más josefinos que el mismo San José! Cualquiera de las dos posturas desmerecen de un cristiano.

Tomado de La Revista Orar nº 181, Orar con San José, p. 2.