No podemos olvidad esta fuente inagotable del recuerdo josefino entre los cristianos.
La Sagrada Escritura y la Tradición os permiten contemplar en José a la persona en quien se reflejan dos expresiones de un humanismo, que hoy interpela a los cristianos: Su «noche oscura» y su «servicio».
Mirado el Evangelio, José pasó por una verdadera «noche oscura» en el encuentro con el misterio que se manifestó en María al concebir a su Hijo por medio del Espíritu Santo. Esa experiencia, fuerte y dolorosa, desconcertante y buscadora, es escuela donde pueden estudiarse múltiples sentimientos humanos y cristianos del más hondo calado y de frecuencia reconocida.
Por su parte, el «servicio» es categoría proverbial en San José, y, al mismo tiempo, categoría sumamente estimada en nuestra sociedad y en la vida cristiana: El que sirve a los demás, es estimado como varón justo.
Todas estas constantes son las que mantienen la memoria de San José en la Iglesia. Los fieles intuyen que no es una devoción cualquiera, sino que ahí confluyen unos recuerdos y unos valores que no puede presnetar cualquier santo.
Tarea de todos es menester esta devoción, purificándola de todo aquello que pudiera empañar esta figura queridísima del Pueblo de Dios.
Tomado de la Revista Orar 181, Orar con San José, p. 5.