Cada domingo en la Eucaristía proclamamos que creemos en Dios. Y no tanto que existe, como que tiene un rostro concreto: El rostro de Padre, el que crea y sostiene la vida del ser humano y del universo «Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy» (Salmo 2, 7).
San José, como buen judío y creyente participa de esta fe en Dios como Padre, no tanto en como una idea, sino como una experiencia afectiva y efectiva de vida. Y como nos dijo el Papa Francisco en su Carta Patris Corde, con motivo del 150º Aniversario de la Declaración de San José como Patrono de la Iglesia Universal: San José «Tuvo la valentía de asumir la paternidad legal de Jesús, a quien dio el nombre que le reveló el ángel: «Tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mt 1, 21)»
San José, nuestra fe muchas veces la fundamos en ideas sin la base solida y estable de la experiencia afectiva y emocional. Ayúdanos a sentirnos hijos amados de Dios. Enséñanos como enseñaste a Jesús en su infancia que Dios es un padre bueno y misericordioso que nos cuida, nos protege y espera la mejor de nosotros porque cree en nosotros.
Os proponemos orar con la canción: «¿Cómo puede ser?» del Album Homenaje a San José.
La Sagrada Familia unidos en el Amor de Dios.
(Imagen tomada de internet)
¡Qué no vivamos como huérfanos, pues somos hijos de Dios!
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