“Tú eres mi Hijo, el predilecto; en ti me complazco”.
(Lucas 3, 22)
Hoy celebramos la Fiesta del Bautismo del Señor. En ella Jesús escuchó la voz del Padre que le decía:“Tú eres mi Hijo, el predilecto; en ti me complazco”. (Lucas 3, 22)
Jesús a lo largo de su infancia escucho repetidas veces de parte de San José y María. «Hijo» y sentía la profundidad de esa palabra dicha desde el fondo del corazón de las dos personas que más lo amaban en este mundo. El día que fue bautizado por Juan en el río Jordán escuchó las mismas palabras de parte de Dios a la vez que era abrazado por el Espíritu Santo.
Cuando Jesús escuchaba de José y María la palabra hijo amado, él sentía en esas palabras el eco de la voz del Padre Celestial y el abrazo en el alma del Espíritu Santo.
¡Pasa a la acción!
Renovemos hoy, en un rato de oración a solas y escuchemos la voz del Padre celestial que nos dice: «Tú eres mi hijo amado…» y sentir al mismo tiempo que somos abrazados por el Espíritu Santo.
Os proponemos orar escuchando esta canción del Verbum Dei, titulada «Hijo»:
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