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Novena a San José: Día 4 0 (0)

Te invitamos a orar y meditar el cuarto día de la Novena a San José haciendo click en el siguiente enlace: Novena a San Jose, Día 4

Buen fin de semana para todos. Un saludo en San José.

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De la Acogida a la Bendición de la Fecundidad… (Gén 18, 1-10a) 0 (0)

Icono de la Trinidad de Andrei Rublev

Abraham, reconoció al Señor en esas tres personas que pasaban delante de su casa y les ofreció descansar y comer con él… Su generosidad y gratuidad le mereció la Bendición de la Fecundidad para su esposa Sara, anciana y estéril…

San José, enséñanos a a vivir el gozo de la Acogida del otro en gratuidad, sin esperar nada a cambio…

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«Misericordia quiero…» (Mateo 9, 13) 0 (0)

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«Misericordia quiero y no sacrificio» (Mateo 9,13)

Las obras de Misericordia en el camino jubilar

El 4 de octubre de 2015 ya nos dejó el papa Francisco su Mensaje para la Cuaresma 2016. En dicho mensaje nos invita a que «la Cuaresma de este Año Jubilar sea vivida con mayor intensidad, como momento fuerte para celebrar y experimentar la misericordia de Dios» (Misericordiae vultus, 17)».

Y para concretarlo más, centra su carta en la practica de las Obras de Misericordia: «La misericordia de Dios transforma el corazón del hombre haciéndole experimentar un amor fiel, y lo hace a su vez capaz de misericordia. Es siempre un milagro el que la misericordia divina se irradie en la vida de cada uno de nosotros, impulsándonos a amar al prójimo y animándonos a vivir lo que la tradición de la Iglesia llama las obras de misericordia corporales y espirituales. Ellas nos recuerdan que nuestra fe se traduce en gestos concretos y cotidianos, destinados a ayudar a nuestro prójimo en el cuerpo y en el espíritu, y sobre los que seremos juzgados: nutrirlo, visitarlo, consolarlo y educarlo»

                     (Mensaje del Santo Padre Francisco para la Cuaresma 2016, 3)

Para los que quieran leer integro el Mensaje del papa Francisco os dejamos este enlace:

Mensaje del Santo Padre Francisco para la Cuaresma 2016

Y para los que tenéis menos tiempo os comparto un WhatsApp que me envió ayer una amiga, en el cual, el papa Francisco nos propone 15 sencillos Actos de Caridad para vivir esta Cuaresma y durante toda la vida… Espero que os gusten y ayuden… ¡Ánimo que la vida es un camino y nunca es tarde para empezar…!

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Cartel diseñado por Carlos T. Alzate

Domund 2015: Misioneros de la Misericordia… 0 (0)

Domund 2015: Misioneros de la Misericordia… 0 (0)

 

 Gracias, Señor por todos aquellos hombres y mujeres, jóvenes, niños y niñas que lejos o cerca son Misioneros de tu Misericordia en los gestos cotidianos de su co-existir abiertos a los demás… Gracias porque ellos encarnan y hacen visible tu Amor invisible y que muchos no ven y no sienten… Gracias porque en ellos obras tu Misericordia de manera real y tangible… Hoy no tienes manos, pies, ni una boca… pero cuantas con las suyas y en ellos sigues recorriendo los caminos, llegando donde nadie llega…

Gracias, Señor, gracias…. 

 (Fotos tomadas de Flickr y Facebook)

En el corazón de María, San José vivió el dolor de la Pasíón del Señor… 0 (0)

En el corazón de María, San José vivió el dolor de la Pasíón del Señor… 0 (0)


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«…¡y a ti misma una espada te atravesará el alma!

– a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones»

(Lucas 2, 35)

María al píe de la cruz

Hoy la Iglesia nos invita a celebrar la Fiesta de Nuestra Señora la Virgen de los Dolores… y algo nos puede chocar en nuestro interior al pensar que celebramos con una fiesta el dolor… ¿somos los cristianos una especie de masoquistas que gozan con el sufrimiento…?

Nada más lejano al sentido de esta Fiesta. Es una Fiesta porque Celebramos el Amor que es más grande que el sufrimiento. San Juan de Ávila lo comprendió muy bien y en su Compendio del Amor de Dios nos enseñaba acerca de Cristo: «Mucho más amaste que padeciste… lleno de dolores los volviste amores…»

El Dolor que sufrió Cristo en su Pasión no es lo que nos salva, sino el Amor con que asumió ese dolor y sufrimiento. Sólo el Amor salva… no el dolor por el dolor…

María como madre y compañera de Cristo, intinimamente unida a Él en su vida y en su alma, vivió de modo particular el dolor de la Pasión de su Hijo, porque cuando el Amor es grande nos une para siempre al Amado… este es el misterio del amor Materno y del amor Esponsal…

Como Madre y fiel seguidora de Cristo, María vive de modo peculiar el amor con que su Hijo transforma el dolor en vida… Y Cómo Cristo ella también Amó más, que lo que sufrió…

Y San José, como esposo de María, -aunque ya había muerto en el momento del mayor dolor que vivió ella al acompañar a su Hijo hasta su muerte en la cruz-, estaba unido por el Amor Esponsal al Corazón de María, ese corazón que fue atravesado por la espada del Dolor… No olvidemos que San José estuvo presente en el momento en el que el anciano Simeón le profetizó a María.«¡…y a ti misma una espada te atravesará el alma!-« (Lucas 2, 35) Esas palabras tuvieron el mismo eco en el alma de San José y de María, pues le unía su Amor de esposos y el Amor a su Hijo Jesús y como ese Amor mutuo en ellos venía de Dios de un modo particular, es una Amor que es más fuerte que la muerte, como nos recuerda la Santa Escritura en el Cantar de los Cantares 8, 6: «Ponme cual sello sobre tu corazón, como un sello en tu brazo. Porque el amor es más fuerte que la Muerte…», por esto podemos decir y creer que San José en el corazón de su esposa María vivió el dolor de la Pasión de Cristo el Señor… Por eso la Iglesia también nos enseña la devoción de los Dolores y Gozos de San José (de los que hablaremos mañana) como una escuela en la que vemos cómo desde la fe y el amor podemos traducir el dolor en amor…

¿Qué nos enseña o aporta este fiesta a nuestra vida? El Amor de María y de José a Jesús y entre ellos, nos introduce en esa escuela de transformar el Dolor y el Sufrimiento en Amor: «Lleno de dolores, los volviste amores…», si aprendieramos esto que distinta sería nuestra vida y la vida de los que nos rodean… Gestionariamos el dolor de manera distinta… no dominaría nuestra vida y no nos encerraríamos en él autocompadeciéndonos, quejándonos y culpando a los demás o a las circunstancias, más bien, sacaríamos de ese dolor un amor nuevo, una fuerza nueva y así el dolor o sufrimiento en vez de trampa sería trampolín a otras situaciones o circunstancias…

Pidámosle al Espíritu Santo que nos ayude a asociarnos a la manera en que María y José se asociaron a Cristo y cómo Él Transformaba el Dolor en Amor que Salva… Seamos familia, amigos y comunidades que nos acompañamos en el momento del dolor o sufrimiento que llega a nuestras vidas porque sí y en el dolor y sufrimiento que nos llega a consecuencia de nuestra opción de hacer el bien como lo vivierón María y José y como María estuvo al píe de la Cruz de su Hijo acompañada por Juan, María Magdalena… y otra personas: «Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Clopás, y María Magdalena» (Juan 19, 25)
Compañeros en el dolor

09. Sept. 2015 – San Pedro Claver y los que hoy huyen de África… 0 (0)

09. Sept. 2015 – San Pedro Claver y los que hoy huyen de África… 0 (0)


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Cada día en los noticieros de la televisión, radio e internet nos bombardean con las informaciones de las pateras que llegan a las costas de Europa. Algunas pateras llegan con todos sus ocupantes, otras muchas se hunden haciendo del Mar Mediterráneo no un Campo Santo, sino más bien un «Mar Santo» poblado con los cuerpos y las vidas de niños, mujeres y hombres que huyen del hambre, la guerra y la muerte… y otros pocos buscan llegar al primer mundo quizas con malas y violentas ideas… en fin, que es el pan de cada día ver, oír y leer estás cosas.

Sería horrible que la repetición de los hechos acabara anestesiándonos; que, como dice el Papa Francisco, «la globalización de la indiferencia acabara por secarnos las lágrimas» – Para que esto no sea así, el santoral nos invita cada 09 de septiembre a recordar y celebrar la memoria de San Pedro Claver cuya breve semblanza encabeza nuestra publicación.
La ironía de la Historia es que en su tiempo este grande y pequeño Jesuita veía llegar a Cartagena de Indias los barcos negreros procedentes de África llenos de esclavos… a los que atendiá con la más profunda Compasión y Respeto, devolviéndoles la diganidad que les habían robado y ayudando a muchos a morir como personas y ofrecerles la Buena Noticia del Evangelio y la fe. Hoy, le tocaría a Pedro Claver le tocaría asistir a este espectaculo diario de las pateras que surcan el Mediterráneo con la eperanza de una nueva vida…
En su época viajaban forzados, esclavizados, vejados… añorando su tierra, su continente, su familia, sus raíces… hoy lo hacen en una aparente y falsa libertad… pero la realidad es que siguen saliendo de África huyendo de la esclavitud del hambre, la enfermedad y las guerras… con la esperanza de encontrar una vida nueva…
Que importante sería que le pidiéramos a San Pedro Claver que nos ayude como él a dejar que el Amor y la Misericordia de Dios hunda su raíces en nuestra vida y la indiferencia no acabe secando toda compasión en nuestra existencia…
Carta de San Pedro Claver del 30 de mayo de 1627
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«Era forastero y me acogistéis…» (Mateo 25, 35) Sobre la acogida de los refugiados y desplazados en Europa… (II) 0 (0)

«Era forastero y me acogistéis…» (Mateo 25, 35) Sobre la acogida de los refugiados y desplazados en Europa… (II) 0 (0)


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Manos que reciben y que danPara nosotros como cristianos la solidaridad va más allá de un sentimiento espontaneo, de masas y pasajero producto de la lástima por el que sufre o motivado por una imagen que da la vuelta al mundo, aunque esto es bueno y toque las fibras más profundas de nuestro ser está amenzado de ser algo fugaz o la novedad del momento que caducará con la llegada de la siguiente novedad, bombazo viral en las redes sociales…

La solidaridad es el movimiento profundo del corazón de Dios que se compadece de toda miseria humana, que hace suyo el dolor del prójimo y que se prolonga en el corazón de toda persona de buena voluntad que se une a Él con Humildad y Amor. Es decir, la Solidaridad empieza y nace desde el corazón y se expresa plenamente en muchos gestos, detalles, pequeñas y grandes acciones durante todos los días…

En el cristiano, la solidaridad tiene el rostro de Cristo como su fuente y su fin… Es Cristo en el corazón del que se compadece y es Cristo en la vida del que es acogido, amado y servido: «era forasero y me acogistéis…» (Mateo 25, 35). Solidaridad es el amor de Dios hundiendo sus raices en en corazón cada día a mayor profundidad y dando frutos de una nueva humanidad…IMG_7077

Por eso el papa Francisco nos puede pedir a cada parroquia y comunidad cristiana acoger a una familia de  refugiados y desplazados por la guerra no solo en Europa sino en todo lugar del mundo en que esta lacra lastime a la sociedad.

Dejemos que esta honda Compasión de Dios por cada uno y por toda la humanidad y el universo hunda sus raíces en nuestro corazón y se convierta en un modo de vida…

https://twitter.com/Pontifex_es/status/641215465692483584

«Varón de dolores y sabedor de dolencias…» (Isaías 53, 3) Sobre la acogida de los refugiados y desplazados en Europa… (I) 0 (0)

«Varón de dolores y sabedor de dolencias…» (Isaías 53, 3) Sobre la acogida de los refugiados y desplazados en Europa… (I) 0 (0)

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«Y, avisados en sueños que no volvieran donde Herodes, se retiraron a su país por otro camino. Después que ellos se retiraron, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al niño para matarle.» El se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se retiró a Egipto; y estuvo allí hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliera el oráculo del Señor por medio del profeta: «De Egipto llamé a mi hijo». Entonces Herodes, al ver que había sido burlado por los magos, se enfureció terriblemente y envió a matar a todos los niños de Belén y de toda su comarca, de dos años para abajo, según el tiempo que había precisado por los magos. Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías: Un clamor se ha oído en Ramá, mucho llanto y lamento: es Raquel que llora a sus hijos, y no quiere consolarse, porque ya no existen» (Mateo 2, 13-18)

«Día tras día somos golpeados por las noticias de numerosas personas, que, huyendo de la guerra o del hambre, acaban dejando la vida de manera trágica, en mar o en tierra, o se encuentran en situaciones extremas. Son hombres, mujeres y niños, en no pocos casos familias enteras, que lo han perdido todo. Sólo les queda la vida, y ésta amenazada. Sería horrible que la repetición de los hechos acabara anestesiándonos; que, como dice el Papa Francisco, «la globalización de la indiferencia acabara por secarnos las lágrimas«; que dejáramos de clamar contra «este grave crimen contra la familia humana», como ha sido calificado también por el mismo Papa Francisco». (Nota de la Comisión Episcopal de Migraciones, 1 septiembre de 2015)

Nuestra fe lo ilumina todo con una nueva luz, y esta es nuestra primera batalla contra la indiferencia, dejar que la fe en Cristo ilumine con una nueva luz nuestra mente y sentimientos ante toda realidad humana.

El texto del Evangelio Según San Mateo nos recuerda un episodio fundamental en la vida del Señor: La huida a Egipto debido a la amenaza que sobre su vida acaecía por parte del Rey Herodes. San José y la Virgen María se pusieron en camino rumbo a Egipto para proteger la vida de Jesús.

Nuestro Señor Jesús y sus padres, saben en primera persona lo que es el drama de huir para salvar la vida… y como sus discípulos dejamos que está experiencia ilumine nuestra percepción, juicio y sentimientos ante esta dura realidad que vivimos en Europa de los desplazados y refugiados por la guerra en Siria y en tantos lugares del mundo.

San José, áyudanos a no quedarnos ajenos e insensibles ante este gran drama que viven tantas y tantas personas en muchos países y a no olvidar que podríamos ser uno de nosotros o nuestros seres queridos los que podrían vivir algo semejante.