Etiqueta: Escuela de espiritualidad
¡San José: Llévanos al Padre! 13
«Padre en la obediencia» 4
José, en su papel de cabeza de familia, enseñó a Jesús a ser sumiso a sus padres, según el mandamiento de Dios (cf. Ex 20,12).
En la vida oculta de Nazaret, bajo la guía de José, Jesús aprendió a hacer la voluntad del Padre. Dicha voluntad se transformó en su alimento diario (cf. Jn 4,34). Incluso en el momento más difícil de su vida, que fue en Getsemaní, prefirió hacer la voluntad del Padre y no la suya propia[16] y se hizo «obediente hasta la muerte […] de cruz» (Flp 2,8). Por ello, el autor de la Carta a los Hebreos concluye que Jesús «aprendió sufriendo a obedecer» (5,8).
(Carta Apostólica Patris corde, 3)
Con San José aprendemos que no hay mejor manera de educar que el ejemplo. José vivió diariamente en esa obediencia activa a Dios. Jesús aprendió a obedecer a Dios, obedeciendo a José y a María.
¡Pasa a la @cción!
De María y José aprendamos que la mejor manera de educar y de influir positivamente en el crecimiento personal y espiritual de los demás, es el ejemplo y el testimonio de vida.
Oración de la mañana…
Esperamos que te ayude esta súplica para la oración de hoy…
¡San José: Llévanos al Padre! 13
«Padre en la obediencia» 4
«El evangelista Lucas, por su parte, relató que José afrontó el largo e incómodo viaje de Nazaret a Belén, según la ley del censo del emperador César Augusto, para empadronarse en su ciudad de origen. Y fue precisamente en esta circunstancia que Jesús nació y fue asentado en el censo del Imperio, como todos los demás niños (cf. Lc 2,1-7).
San Lucas, en particular, se preocupó de resaltar que los padres de Jesús observaban todas las prescripciones de la ley: los ritos de la circuncisión de Jesús, de la purificación de María después del parto, de la presentación del primogénito a Dios (cf. 2,21-24)[15].
En cada circunstancia de su vida, José supo pronunciar su “fiat”, como María en la Anunciación y Jesús en Getsemaní». (Carta Apostólica Patris corde, 3)
Continuamos contemplando a San José viviendo su paternidad hacía Jesús en una obediencia a las tradiciones de su pueblo, las leyes y las circunstancias de la vida cotidiana.
La obediencia en San José nos habla de una persona centrada y atenta al momento presente de cada día, guiado por el amor, la responsabilidad y la voz de Dios. Es el hombre de la acción en el aquí y el ahora que le iba indicando la vida.
¡Pasa a la acción!
Ejercitemos la actitud de poner en práctica, en el acto, lo que la vida nos va pidiendo. No lo dejes para otro momento, no digas: «ya lo haré. Lo haré mañana… en otro momento…»
¡Levántate y hazlo!
¡San José: Llévanos al Padre! 12
«Padre en la obediencia» 3
«En Egipto, José esperó con confianza y paciencia el aviso prometido por el ángel para regresar a su país. Y cuando en un tercer sueño el mensajero divino, después de haberle informado que los que intentaban matar al niño habían muerto, le ordenó que se levantara, que tomase consigo al niño y a su madre y que volviera a la tierra de Israel (cf. Mt 2,19-20), él una vez más obedeció sin vacilar: «Se levantó, tomó al niño y a su madre y entró en la tierra de Israel» (Mt 2,21).
Pero durante el viaje de regreso, «al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allí y, avisado en sueños —y es la cuarta vez que sucedió—, se retiró a la región de Galilea y se fue a vivir a un pueblo llamado Nazaret» (Mt 2,22-23)» (Carta Apostólica Patris corde, 3)
Os proponemos escuchar estos dos episodios del Podcast Redemptoris Custos que nos pueden ayudar a profundizar más en este tema.
Episodio 6. Redemptoris custos 16/12/19
El primado de la vida interior
Episodio 12. Redemptoris custos 09/03/20
¡Ponte en camino!
Se necesita una profunda claridad en el alma para saber cuál es la mejor decisión a tomar para el bien de las personas que amamos. Por eso San José nos puede ayudar a ser esas personas de oración, atentos a la voz de Dios en nuestra conciencia, en su palabra y en las circunstancias de la vida.
¡San José: Llévanos al Padre! 11
«Padre en la obediencia» 2
«En el segundo sueño el ángel ordenó a José: «Levántate, toma contigo al niño y a su madre, y huye a Egipto; quédate allí hasta que te diga, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo» (Mt 2,13). José no dudó en obedecer, sin cuestionarse acerca de las dificultades que podía encontrar: «Se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto, donde estuvo hasta la muerte de Herodes» (Mt 2,14-15)» – Papa Francisco, Carta Apostólica Patris corde, 3.
El amor nos hace obedientes y valientes frente a las necesidades de las personas que amamos y que están bajo nuestro cuidado y responsabilidad. El amor saca lo mejor de nosotros, incluso talentos y capacidades ocultas que afloran cuando se trata de procurar lo mejor para nuestros seres queridos.
Aprendamos en la Escuela de San José los caminos de la obediencia que actúa por el amor, que nos pone en camino más allá de nuestros sentimientos y miedos.
¡Ponte en camino!
Vivamos la obediencia como un acto de amor a Dios y los demás, que nos engrandece. De esta manera la obediencia por amor nos hace más libres y auténticos a los ojos de Dios y de los demás.
Tu crecimiento personal y espiritual con San José. 5
«Todo el bien que hacemos a los demás vuelve a nosotros multiplicado»
¡San José: Llévanos al Padre! 9
“Tú eres mi Hijo, el predilecto; en ti me complazco”.
(Lucas 3, 22)
Hoy celebramos la Fiesta del Bautismo del Señor. En ella Jesús escuchó la voz del Padre que le decía:“Tú eres mi Hijo, el predilecto; en ti me complazco”. (Lucas 3, 22)
Jesús a lo largo de su infancia escucho repetidas veces de parte de San José y María. «Hijo» y sentía la profundidad de esa palabra dicha desde el fondo del corazón de las dos personas que más lo amaban en este mundo. El día que fue bautizado por Juan en el río Jordán escuchó las mismas palabras de parte de Dios a la vez que era abrazado por el Espíritu Santo.
Cuando Jesús escuchaba de José y María la palabra hijo amado, él sentía en esas palabras el eco de la voz del Padre Celestial y el abrazo en el alma del Espíritu Santo.
¡Pasa a la acción!
Renovemos hoy, en un rato de oración a solas y escuchemos la voz del Padre celestial que nos dice: «Tú eres mi hijo amado…» y sentir al mismo tiempo que somos abrazados por el Espíritu Santo.
Os proponemos orar escuchando esta canción del Verbum Dei, titulada «Hijo»:
Si te están ayudando estas reflexiones, puedes hacer click en el titulo de la entrada y al final puedes puntuarla del 1 al 5 o escribir un comentario, que seguro ayudará a muchos que se pasan por el Blog.
Tu crecimiento personal y espiritual con San José. 1
¡San José: Llévanos al Padre! 4
«Padre y Esposo amado…» 2
(De la Carta Apostólica Patris Corde, Papa Francisco)
El Papa Francisco nos dice en su Carta Apostólica Patris corde:
«Por su papel en la historia de la salvación, san José es un padre que siempre ha sido amado por
(De la Carta Apostólica Patris corde 1. Padre Amado)
el pueblo cristiano, como lo demuestra el hecho de que se le han dedicado numerosas iglesias en
todo el mundo; que muchos institutos religiosos, hermandades y grupos eclesiales se inspiran en
su espiritualidad y llevan su nombre; y que desde hace siglos se celebran en su honor diversas
representaciones sagradas. Muchos santos y santas le tuvieron una gran devoción, entre ellos
Teresa de Ávila, quien lo tomó como abogado e intercesor, encomendándose mucho a él y
recibiendo todas las gracias que le pedía. Alentada por su experiencia, la santa persuadía a otros
para que le fueran devotos[9].
En todos los libros de oraciones se encuentra alguna oración a san José. Invocaciones
particulares que le son dirigidas todos los miércoles y especialmente durante todo el mes de
marzo, tradicionalmente dedicado a él»
Oración a San José que el Papa Francisco reza todos los días:
«Todos los días, durante más de cuarenta años, después de Laudes, recito una oración a san José tomada de un libro de devociones francés del siglo XIX, de la Congregación de las Religiosas de Jesús y María, que expresa devoción, confianza y un cierto reto a san José:
«Glorioso patriarca san José, cuyo poder sabe hacer posibles las cosas imposibles, ven en mi ayuda en estos momentos de angustia y dificultad. Toma bajo tu protección las situaciones tan graves y difíciles que te confío, para que tengan una buena solución. Mi amado Padre, toda mi confianza está puesta en ti. Que no se diga que te haya invocado en vano y, como puedes hacer todo con Jesús y María, muéstrame que tu bondad es tan grande como tu poder. Amén»».
¡Pasa a la Acción!
¿Quién es San José para ti? o ¿Qué te llama la atención de él o qué no te gusta de su vida? Te invitamos a que lo compartas en la casilla de comentarios que está al final de esta publicación. Ten en cuenta que tu comentario será totalmente anónimo, no se te pedirán datos personales ni tu correo electrónico.
También te puedes descargar en PDF la Carta Apostólica Patris Corde: