Etiqueta: San José llévanos al Padre
Tu crecimiento personal y espiritual con San José. 10
¡San José: Llévanos al Padre! 15
“Padre en la acogida”
“José acogió a María sin poner condiciones previas. Confió en las palabras del ángel. «La nobleza de su corazón le hace supeditar a la caridad lo aprendido por ley; y hoy, en este mundo donde la violencia psicológica, verbal y física sobre la mujer es patente, José se presenta como figura de varón respetuoso, delicado que, aun no teniendo toda la información, se decide por la fama, dignidad y vida de María. Y, en su duda de cómo hacer lo mejor, Dios lo ayudó a optar iluminando su juicio» [18]” (Carta Apostólica Patris corde, 4)
Al acoger a María, José está acogiendo también a Jesús. Contemplemos la grandeza del corazón de José que sin comprender todo el misterio de la maternidad de María, la acoge en su corazón con la ayuda de Dios por medio del mensaje que le transmitió el ángel en sus sueños.
¡Pasa a la @cción!
Demos el paso de acoger a las personas que amamos, como dadas por Dios para que las cuidemos y acompañemos. Él confía en que como San José les amamos y les ayudemos a crecer cada día.
Tu crecimiento personal y espiritual con San José. 9
¡San José: Llévanos al Padre! 14
“Padre en la obediencia” 5
“Todos estos acontecimientos muestran que José «ha sido llamado por Dios para servir directamente a la persona y a la misión de Jesús mediante el ejercicio de su paternidad; de este modo él coopera en la plenitud de los tiempos en el gran misterio de la redención y es verdaderamente “ministro de la salvación”»[17]” (Carta Apostólica Patris corde, 3)
La obediencia de San José es grande en cuanto es por y para la persona y misión por la que Jesús vino al mundo y se hizo hombre.
La obediencia cristiana no son actos puntuales, al contrario, son parte de la llamada de Dios y dentro de su plan de salvación. La obediencia es escucha a la voz de Dios con la que él va tejiendo esa historia de salvación personal de cada uno de nosotros y del mundo entero.
¡Pasa a la @cción!
Vivamos nuestras responsabilidades cotidianas fuera de la rutina, dándoles el horizonte de que son actos de amor a Dios y los hermanos, es decir, obediencia a Dios Padre como la vivió San José.
Tu crecimiento personal y espiritual con San José. 8
San José es el hombre de los sueños grandes, que trabaja en lo pequeño y actúa en el ahora…
¡San José: Llévanos al Padre! 13
«Padre en la obediencia» 4
José, en su papel de cabeza de familia, enseñó a Jesús a ser sumiso a sus padres, según el mandamiento de Dios (cf. Ex 20,12).
En la vida oculta de Nazaret, bajo la guía de José, Jesús aprendió a hacer la voluntad del Padre. Dicha voluntad se transformó en su alimento diario (cf. Jn 4,34). Incluso en el momento más difícil de su vida, que fue en Getsemaní, prefirió hacer la voluntad del Padre y no la suya propia[16] y se hizo «obediente hasta la muerte […] de cruz» (Flp 2,8). Por ello, el autor de la Carta a los Hebreos concluye que Jesús «aprendió sufriendo a obedecer» (5,8).
(Carta Apostólica Patris corde, 3)
Con San José aprendemos que no hay mejor manera de educar que el ejemplo. José vivió diariamente en esa obediencia activa a Dios. Jesús aprendió a obedecer a Dios, obedeciendo a José y a María.
¡Pasa a la @cción!
De María y José aprendamos que la mejor manera de educar y de influir positivamente en el crecimiento personal y espiritual de los demás, es el ejemplo y el testimonio de vida.
Tu crecimiento personal y espiritual con San José. 7
«Aprendiendo siempre«
¡San José: Llévanos al Padre! 13
«Padre en la obediencia» 4
«El evangelista Lucas, por su parte, relató que José afrontó el largo e incómodo viaje de Nazaret a Belén, según la ley del censo del emperador César Augusto, para empadronarse en su ciudad de origen. Y fue precisamente en esta circunstancia que Jesús nació y fue asentado en el censo del Imperio, como todos los demás niños (cf. Lc 2,1-7).
San Lucas, en particular, se preocupó de resaltar que los padres de Jesús observaban todas las prescripciones de la ley: los ritos de la circuncisión de Jesús, de la purificación de María después del parto, de la presentación del primogénito a Dios (cf. 2,21-24)[15].
En cada circunstancia de su vida, José supo pronunciar su “fiat”, como María en la Anunciación y Jesús en Getsemaní». (Carta Apostólica Patris corde, 3)
Continuamos contemplando a San José viviendo su paternidad hacía Jesús en una obediencia a las tradiciones de su pueblo, las leyes y las circunstancias de la vida cotidiana.
La obediencia en San José nos habla de una persona centrada y atenta al momento presente de cada día, guiado por el amor, la responsabilidad y la voz de Dios. Es el hombre de la acción en el aquí y el ahora que le iba indicando la vida.
¡Pasa a la acción!
Ejercitemos la actitud de poner en práctica, en el acto, lo que la vida nos va pidiendo. No lo dejes para otro momento, no digas: «ya lo haré. Lo haré mañana… en otro momento…»
¡Levántate y hazlo!
Tu crecimiento personal y Espiritual con San José. 6
¡Buen fin de semana!… creemos nuestro futuro… no dejemos que otros lo hagan por nosotros…