Cita

¡San José: Llévanos al Padre! 12 5 (4)

«Padre en la obediencia» 3

«En Egipto, José esperó con confianza y paciencia el aviso prometido por el ángel para regresar a su país. Y cuando en un tercer sueño el mensajero divino, después de haberle informado que los que intentaban matar al niño habían muerto, le ordenó que se levantara, que tomase consigo al niño y a su madre y que volviera a la tierra de Israel (cf. Mt 2,19-20), él una vez más obedeció sin vacilar: «Se levantó, tomó al niño y a su madre y entró en la tierra de Israel» (Mt 2,21).

Pero durante el viaje de regreso, «al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allí y, avisado en sueños —y es la cuarta vez que sucedió—, se retiró a la región de Galilea y se fue a vivir a un pueblo llamado Nazaret» (Mt 2,22-23)» (Carta Apostólica Patris corde, 3)

La Huida a Egipto

Os proponemos escuchar estos dos episodios del Podcast Redemptoris Custos que nos pueden ayudar a profundizar más en este tema.

Episodio 6. Redemptoris custos 16/12/19

El primado de la vida interior

Episodio 12. Redemptoris custos 09/03/20

La obediencia en San José

¡Ponte en camino!

Se necesita una profunda claridad en el alma para saber cuál es la mejor decisión a tomar para el bien de las personas que amamos. Por eso San José nos puede ayudar a ser esas personas de oración, atentos a la voz de Dios en nuestra conciencia, en su palabra y en las circunstancias de la vida.

Cita

¡San José: Llévanos al Padre! 11 5 (9)

«Padre en la obediencia» 2

«En el segundo sueño el ángel ordenó a José: «Levántate, toma contigo al niño y a su madre, y huye a Egipto; quédate allí hasta que te diga, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo» (Mt 2,13). José no dudó en obedecer, sin cuestionarse acerca de las dificultades que podía encontrar: «Se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto, donde estuvo hasta la muerte de Herodes» (Mt 2,14-15)» – Papa Francisco, Carta Apostólica Patris corde, 3.

El sueño de san José
GIORDANO, LUCA
Copyright de la imagen ©Museo Nacional del Prado

El amor nos hace obedientes y valientes frente a las necesidades de las personas que amamos y que están bajo nuestro cuidado y responsabilidad. El amor saca lo mejor de nosotros, incluso talentos y capacidades ocultas que afloran cuando se trata de procurar lo mejor para nuestros seres queridos.

Aprendamos en la Escuela de San José los caminos de la obediencia que actúa por el amor, que nos pone en camino más allá de nuestros sentimientos y miedos.

¡Ponte en camino!

Vivamos la obediencia como un acto de amor a Dios y los demás, que nos engrandece. De esta manera la obediencia por amor nos hace más libres y auténticos a los ojos de Dios y de los demás.

Cita

¡San José: Llévanos al Padre! 10 5 (6)

«Padre en la obediencia»

«Cuando José despertó del sueño, hizo lo que el ángel del Señor le había mandado» (Mt 1,24)

«Así como Dios hizo con María cuando le manifestó su plan de salvación, también a José le reveló sus designios y lo hizo a través de sueños que, en la Biblia, como en todos los pueblos antiguos, eran considerados uno de los medios por los que Dios manifestaba su voluntad[13].

José estaba muy angustiado por el embarazo incomprensible de María; no quería «denunciarla públicamente»[14], pero decidió «romper su compromiso en secreto» (Mt 1,19). En el primer sueño el ángel lo ayudó a resolver su grave dilema: «No temas aceptar a María, tu mujer, porque lo engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mt 1,20-21). Su respuesta fue inmediata: «Cuando José despertó del sueño, hizo lo que el ángel del Señor le había mandado» (Mt 1,24). Con la obediencia superó su drama y salvó a María». (Papa Francisco, Carta Apostólica Patris corde, 3)

Anton Raphael Mengs – El sueño de San José

Es verdad que en los Evangelios y el Nuevo Testamento San José no dice ni una palabra. Y esto es precisamente lo que le hace grande, porque sus palabras son los hechos, sus acciones. Su obediencia pronta a la voluntad de Dios, a sus proyectos.

¡Pasa a la acción!

Dios le hablaba a San José en sus sueños. Y San José hacía realidad esos sueños porque se ponía pronto en camino, pasaba rápido a la acción. Descubramos como Dios nos habla en nuestros sueños, en nuestros proyectos e ideales y no dejemos que el miedo nos paralice. ¡Ponte en camino aunque creas que no es el momento o la circunstancia perfecta, aunque creas o sientas que no estás preparado o que no eres digno!, simplemente da el primer paso y después el siguiente y así siendo fieles en lo poco y en lo pequeño llegaremos a hacer cosas grandes.

Cita

¡San Jose: Llévanos al Padre! 7 5 (5)

«Padre en la ternura»

«Como un padre siente ternura por sus hijos, así el Señor siente ternura por quienes lo temen» (Sal 103,13).

Si nos ponemos en la piel de San José, nos podemos dar cuenta que existencial, afectiva y efectivamente asumía ser el padre de Jesús. José esta llamado a expresar el amor de Dios Padre, su ternura y compasión a Jesús y María.

Como nos dice el papa Francisco en la Carta Patris Corde (Con corazón de padre…):

José vio a Jesús progresar día tras día «en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres» (Lc 2,52). Como hizo el Señor con Israel, así él “le enseñó a caminar, y lo tomaba en sus brazos: era para él como el padre que alza a un niño hasta sus mejillas, y se inclina hacia él para darle de comer” (cf. Os 11,3-4).

Jesús vio la ternura de Dios en José: «Como un padre siente ternura por sus hijos, así el Señor siente ternura por quienes lo temen» (Sal 103,13).

San José bebía a diario de la fuente de la ternura del amor de Dios por su vida, en la oración y en su día a día con Jesús y María, cuidando de ellos y recibiendo a su vez todo el amor y ternura de su hijo y de sus esposa.

Detalle del cuadro Adoración de los pastores de Fray Juan Bautista Maíno (1612-1614) Madrid. Museo del Prado

¡Pasemos a la acción!

Pidamos al Espíritu Santo: Que de la mano de San José sintamos la ternura de Dios Padre en nuestra vida, para que nuestra vida y nuestra fe estén cimentadas y ancladas sobre roca firme (ver Mateo 6, 24-27). Y, por otro lado, ser nosotros expresión de la ternura de Dios para los demás, en los pequeños detalles del día a día.

Cita

¡San José: Llévanos al Padre! 5 5 (4)

«Vayan donde José y hagan lo que él les diga…»

(Génesis 41, 55)

La confianza del pueblo en san José se resume en la expresión “Ite ad Ioseph”, que hace referencia al tiempo de hambruna en Egipto, cuando la gente le pedía pan al faraón y él les respondía: «Vayan donde José y hagan lo que él les diga» (Gn 41,55). Se trataba de José el hijo de Jacob, a quien sus hermanos vendieron por envidia (cf. Gn 37,11-28) y que —siguiendo el relato bíblico— se convirtió posteriormente en virrey de Egipto (cf. Gn 41,41-44).

Con estas palabras el papa Francisco nos invita a ir a José, fijarnos en él, en su silencio y especialmente en sus obras, es decir, en su actuar silencioso pero pronto y eficaz para escuchar la voz de Dios Padre y adelantarse a los acontecimientos en favor de Jesús y María.

Toda la vida de San José es una escuela de relación con Dios y el gozo de ser su amigo de confianza.

¡Pasa a la Acción!

Dedicar un rato de oración para contemplar la vida de José en el Evangelio de Mateo.

Cita

¡San José: Llévanos al Padre! 4 5 (8)

«Padre y Esposo amado…» 2

(De la Carta Apostólica Patris Corde, Papa Francisco)

El Papa Francisco nos dice en su Carta Apostólica Patris corde:

«Por su papel en la historia de la salvación, san José es un padre que siempre ha sido amado por
el pueblo cristiano, como lo demuestra el hecho de que se le han dedicado numerosas iglesias en
todo el mundo; que muchos institutos religiosos, hermandades y grupos eclesiales se inspiran en
su espiritualidad y llevan su nombre; y que desde hace siglos se celebran en su honor diversas
representaciones sagradas. Muchos santos y santas le tuvieron una gran devoción, entre ellos
Teresa de Ávila, quien lo tomó como abogado e intercesor, encomendándose mucho a él y
recibiendo todas las gracias que le pedía. Alentada por su experiencia, la santa persuadía a otros
para que le fueran devotos[9].
En todos los libros de oraciones se encuentra alguna oración a san José. Invocaciones
particulares que le son dirigidas todos los miércoles y especialmente durante todo el mes de
marzo, tradicionalmente dedicado a él»

(De la Carta Apostólica Patris corde 1. Padre Amado)

Oración a San José que el Papa Francisco reza todos los días:

«Todos los días, durante más de cuarenta años, después de Laudes, recito una oración a san José tomada de un libro de devociones francés del siglo XIX, de la Congregación de las Religiosas de Jesús y María, que expresa devoción, confianza y un cierto reto a san José:

«Glorioso patriarca san José, cuyo poder sabe hacer posibles las cosas imposibles, ven en mi ayuda en estos momentos de angustia y dificultad. Toma bajo tu protección las situaciones tan graves y difíciles que te confío, para que tengan una buena solución. Mi amado Padre, toda mi confianza está puesta en ti. Que no se diga que te haya invocado en vano y, como puedes hacer todo con Jesús y María, muéstrame que tu bondad es tan grande como tu poder. Amén»».

¡Pasa a la Acción!

¿Quién es San José para ti? o ¿Qué te llama la atención de él o qué no te gusta de su vida? Te invitamos a que lo compartas en la casilla de comentarios que está al final de esta publicación. Ten en cuenta que tu comentario será totalmente anónimo, no se te pedirán datos personales ni tu correo electrónico.

También te puedes descargar en PDF la Carta Apostólica Patris Corde:

Cita

¡San José: Llévanos al Padre! 3 5 (7)

«Padre y Esposo amado…»

(Carta Apostólica Patris Corde, Papa Francisco)

San José se enamoró de María y ese amor mutuo les llevó a desposarse. Dios Padre queriendo la salvación de toda la humanidad les propuso a los dos, cada uno a su manera, hacer de su amor esponsal, el lugar, el ambiente, el hogar en que su Hijo Amado Jesús pudiera nacer, crecer y prepararse para llevar a cabo su misión redentora.

La grandeza de San José está en su sí a los planes de Dios para con la humanidad, con María y con su matrimonio con ella y el nacimiento de Jesús. San José con su sí a Dios Padre, eleva su amor a María, a un amor de cuidado y encargo de parte de Dios de amar, proteger y promocionar a Jesús y a su esposa, al mismo tiempo que él tendría la suerte y el privilegio de ser amado por ellos, aprender de ellos convirtiendo su familia en la Casa y Escuela de la Comunión.

San José asume con toda humildad y valentía, expresar el amor de Dios Padre a Jesús y María.

Jesús, desde su más tierna infancia recibió todo el cariño, amor y protección de San José; sintió cada día su amor de padre hacía él. Jesús, como todo hijo, forjó su carácter y actitud ante la vida, del amor y ejemplo cotidiano de su madre María y de San José.

No tengamos reparo en acudir a San José y pedirle que nos lleve al Padre, es decir, que nos ayudé a experimentar el amor de Dios por nuestra vida para que nuestra fe no se quede en ideas, tradiciones y se convierta en una relación de amor como la vivió él junto a Jesús y María.

Evangelio para Meditar:

«…el Angel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados»

(Mateo 1, 20-21)

Anton Raphael Mengs -El sueño de San José

¡Ponte en camino!

Si has leído esta meditación puede ser que estés en búsqueda, en camino o en discernimiento del sentido de tu vida. Discierne junto al Espíritu Santo y San José esas acciones concretas para que vivas como un hijo amado de Dios Padre.

Al final de cada meditación puedes compartir o comentar lo que te ha parecido. también puedes pedir oración por tus necesidades o las de ser querido, que con mucho gusto oraremos por ellas.

Cita

¡San José: Llévanos al Padre! 2 5 (8)

«Creo en Dios Padre, creador del cielo y de la tierra…»

(Del Credo de la Iglesia Católica)
«La creación de Adán, pintado por Miguel Ángel en la Capilla Sixtina del Vaticano»

Cada domingo en la Eucaristía proclamamos que creemos en Dios. Y no tanto que existe, como que tiene un rostro concreto: El rostro de Padre, el que crea y sostiene la vida del ser humano y del universo «Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy» (Salmo 2, 7).

San José, como buen judío y creyente participa de esta fe en Dios como Padre, no tanto en como una idea, sino como una experiencia afectiva y efectiva de vida. Y como nos dijo el Papa Francisco en su Carta Patris Corde, con motivo del 150º Aniversario de la Declaración de San José como Patrono de la Iglesia Universal: San José «Tuvo la valentía de asumir la paternidad legal de Jesús, a quien dio el nombre que le reveló el ángel: «Tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mt 1, 21)»

San José, nuestra fe muchas veces la fundamos en ideas sin la base solida y estable de la experiencia afectiva y emocional. Ayúdanos a sentirnos hijos amados de Dios. Enséñanos como enseñaste a Jesús en su infancia que Dios es un padre bueno y misericordioso que nos cuida, nos protege y espera la mejor de nosotros porque cree en nosotros.

Os proponemos orar con la canción: «¿Cómo puede ser?» del Album Homenaje a San José.

La Sagrada Familia unidos en el Amor de Dios.
(Imagen tomada de internet)

¡Qué no vivamos como huérfanos, pues somos hijos de Dios!

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