La Estrella de Belén guió a los Reyes Magos donde el Rey de los Judíos… Al llegar encontraron a un bebé recién nacido, pobre y humilde junto a sus padres.
Imagen tomada de Internet.
La Estrella no les guió a un Palacio, sino a una cueva y hallaron a una pobre y humilde familia cuya única riqueza y realeza era su Amor y Confianza en Dios.
Seguir nuestra Estrella lo más seguro es que no nos lleve a las riquezas materiales y honores de este mundo, pero si a descubrir otra riqueza y otra realeza: La del Amor que vivían María y José por Jesús y entre ellos cada día de sus vidas…
«Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre… Jesús de Nazaret con su palabra y sus gestos y con toda su persona revela la misericordia de Dios» (Misericordiae Vultus, 1)
Imagen de internet
Creo que ya sabes que el papa Francisco desde el 8 de diciembre de 2015 hasta el 20 de noviembre de 2016 ha convocado «un Jubileo Extraordinario de la Misericordia como tiempo para la Iglesia, para que haga más fuerte y eficaz el testimonio de los creyentes» (Misericordiae Vultus, 3)
Durante estos días publicaremos pequeñas entradas en las que descubriremos qué es un Año Jubilar, cómo vivirlo, cómo beneficiarnos de él y especialmente lo que nos enseña el papa Francisco acerca de la Misericordia de Dios en su Carta de Convocación del Jubileo Extraordinario de la Misericordia:Misericordiae Vultus, que en latín significa el Rostro de la Misericordia y ese Rostro es el de Cristo.
Si quieres leer la carta completa dirígete al siguiente enlace: Misericordiae Vultus
En la Cuaresma, nos entrenamospara ser hombres y mujeres con un espíritu de Comunión y Misericordia: Hombres y mujeres que facilitan la convivencia entre las personas sin importar sus diferencias… En resumen, la Cuaresma nos entrena para ser sencillamente Cristianos: vivir como vivió Cristo.
Y ese entrenamiento es físico y espiritual… por eso nos propone el Señor la Oración, el Ayuno y la Limosna… Un pack de tres en uno… Leer el Evangelio de Mateo 6, 1-18.
La Oración nos ayuda a estar unidos a Dios que es la fuente de todo amor y misricordia que nos llena y capacita para salir al encuentro de los demás por la caridad. El Ayuno nos ejercita en la capacidad de renunciar a algo o a nosotros mismos en bien de los demás y la Limosna es la concreción de ese amor al prójimo, en la que comparto aquello de lo que me he privado (alimentos o cosas) con aquel que lo necesita mucho más que yo, que le hace falta incluso para sobrevivir.
Y no olvidemos que no podemos solo practicar uno de los tres… Van juntos y son inseparables si se practican de corazón buscando agradar a Dios….
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Imágen tomada de internet
Mañana se da inicio a los 7 Domingos en Honor a San José como preparación para la celebración de su gran Fiesta Solemne el 19 de marzo. Para los que nunca habéis realizado esta devoción y os sentís con ganas de confiar a San José vuestras necesidades y hacer de él un Maestro de Vida y Oración desde mañana os ofreceremos en el Blog un material sencillo para cada Domingo.
«!Ite ad Joseph! – ¡Id a José y haced los que él os diga…! (Génesis 41, 55)
Nuestro Dios confió a San José la vida de su Hijo Jesús y la de su Madre la Virgen María… ¿Cómo no confiaremos a él nuestras necesidades?
