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El rostro de la Misericordia de Dios… 0 (0)

Rostro de Cristo sonriendo

«Es propio de Dios usar misericordia y especialmente en esto se manifiesta su omnipotencia: «…Oh Dios que revelas tu omnipotencia sobre todo en la misericordia y el perdón». Dios será siempre para la humanidad como Aquel que está presente, cercano, providente, santo y misericordioso».

“Los Salmos en modo particular, destacan esta grandeza del proceder divino: «Él perdona todas tus culpas, y cura todas tus dolencias; rescata tu vida del sepulcro, te corona de gracia y de misericordia» (Salmo 103, 3-4)”

“Por último, he aquí otras expresiones del salmista: «El Señor sana los corazones afligidos y les venda sus heridas. (…) El Señor sostiene a los humildes y humilla a los malvados hasta el polvo» (Salmo 147, 3.6).

Así pues, la misericordia de Dios no es una idea abstracta, sino una realidad concreta con la cual Él revela su amor, que es como el de un padre o una madre que se conmueven en lo más profundo de sus entrañas por el propio hijo. Vale decir que se trata realmente de un amor “visceral”. Proviene desde lo más íntimo como un sentimiento profundo, natural, hecho de ternura y compasión, de indulgencia y de perdón” (Misericordiae Vultus, 6)

 

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Portadores de su Bondad… 0 (0)

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Imagen de internet

«¡Cómo deseo que los años por venir estén impregnados de misericordia para poder ir al encuentro de cada persona llevando la bondad y la ternura de Dios! A todos, creyentes y lejanos, pueda llegar el bálsamo de la misericordia como signo del Reino de Dios que está ya presente en medio de nosotros» (Misericordiae Vultus, 5).

Carta de Convocación del Jubileo Extraordinario de la Misericordia: Misericordiae Vultus por si quieres leerla toda.

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Seamos Espíritus de Comunión y Misericordia… 0 (0)

Ven, Espíritu de Comunión y Misericordia

Vuelven a la mente las palabras cargadas de significado que san Juan XXIII pronunció en la apertura del Concilio para indicar el camino a seguir: « En nuestro tiempo, la Esposa de Cristo (La Iglesia) prefiere usar la medicina de la misericordia y no empuñar las armas de la severidad … La Iglesia Católica, al elevar por medio de este Concilio Ecuménico la antorcha de la verdad católica, quiere mostrarse madre amable de todos, benigna, paciente, llena de misericordia y de bondad para con los hijos separados de ella»

«El Espíritu Santo que conduce los pasos de los creyentes para que cooperen en la obra de salvación realizada por Cristo, sea guía y apoyo del Pueblo de Dios para ayudarlo a contemplar el rostro de la misericordia » (Misericoridiae Vultus, 4)

Carta de Convocación del Jubileo Extraordinario de la Misericordia: Misericordiae Vultus por si quieres leerla toda.

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«Amas sin límite…» 0 (0)

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Detalle del cuadro del Hijo Pródigo de Rembrandt

«Hay momentos en los que de un modo mucho más intenso estamos llamados a tener la mirada fija en la misericordia para poder ser también nosotros mismos signo eficaz del obrar del Padre. Es por esto que he anunciado un Jubileo Extraordinario de la Misericordia como tiempo propicio para la Iglesia, para que haga más fuerte y eficaz el testimonio de los creyentes…

Ante la gravedad del pecado, Dios responde con la plenitud del perdón. La misericordia siempre será más grande que cualquier pecado y nadie podrá poner un límite al amor de Dios que perdona» (Misericordiae Vultus, 3)

Carta de Convocación del Jubileo Extraordinario de la Misericordia: Misericordiae Vultus

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«Dejame ver tu rostro…» (Cantares 2, 14) 0 (0)

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Detalle de un cuadro de Rembrandt

«Siempre tenemos necesidad de contemplar el misterio de la misericordia. Es fuente de alegría, de serenidad y de paz. Es condición para nuestra salvación» (Misericordiae Vultus, 2)

«La Misericordia: es la vía que une Dios y el hombre, porque abre el corazón a la esperanza de ser amados para siempre no obstante el límite de nuestro pecado» (Misericordiae Vultus, 2).

Carta del Papa Francisco para la convocación del Jubileo Extraordinario de la Misericordia Misricordiae Vultus

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«Orar con tus mismas palabras…» 0 (0)

 

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Imagen diseñada por Carlos Tulio Alzate

«Oremos, pues, hermanos queridos, como Dios, nuestro maestro, nos enseñó. A Dios le resulta amiga y familiar la oración que se le dirige con sus mismas palabras la misma oración de Cristo que llega a sus oídos.

Cuando  hacemos oración, que el Padre reconozca las palabras de su propio Hijo (en nosotros); … Pues, si dice que hará lo que pidamos al Padre en su nombre, ¿cuánto más eficaz no será nuestra oración en el nombre de Cristo, si la hacemos, además, con sus propias palabras?» (Del Tratado de san Cipriano, obispo y mártir, sobre el Padrenuestro)

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Imagen tomada de Ibreviary
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Cuaresma: ¿corres o miras?… 0 (0)

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Imagen tomada de Flickr

«En el estadio todos los corredores cubren la carrera, aunque uno solo se lleva el premio. Corred así: para ganar. Pero un atleta se impone toda clase de privaciones. Ellos para ganar una  corona que se marchita; nosotros, en cambio, una que no se marchita»                                                                                                                                                            (1ª Corintios 9, 24-25)

En la fe nos puede pasar como con los deportes, hay millones de admiradores que se ponen camisetas y se pelean por un equipo… pero pocos son atletas o deportistas de verdad… pocos se esfuerzan por mantenerse en forma o por alcanzar el premio…

Millones creemos en Dios, decimos confiar en él… pero que pocos son los que de verdad se fían de sus consejos… pocos los que se esfuerzan por mantenerse en forma espiritual… Pocos los que siguen sus consejos de la Cuaresma: La oración, el ayuno y la limosna…

En resumen, el para qué de la Cuaresma es en el fondo y en la forma nada más que nuestra felicidad… aquella corona, titulo, copa que no se marchita… que no pasa… El cristiano corre… los demás miran…

Feliz Lunes!!!

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«… y os daré un corazón nuevo…» 0 (0)

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Imagen de la Capilla Redemptoris Mater – Vaticano

«Os recogeré de entre las naciones,

os reuniré de todos los países,

y os llevaré a vuestra tierra.

Derramaré sobre vosotros un agua pura

que os purificará;

de todas vuestras inmundicias e idolatrías

os he de purificar;

y os daré un corazón nuevo,

y os infundiré un espíritu nuevo,

arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra,

y os daré un corazón de carne.

Os infundiré mi espíritu,

y haré que caminéis según mis preceptos,

y que guardéis y cumpláis mis mandatos.

Y habitaréis en la tierra que di a vuestros padres.

Vosotros seréis mi pueblo,

y yo seré vuestro Dios.

(Ezequiel 36, 24-28)