San José, ¡Enséñanos a orar!…

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Aviso importante:

En esta página publicamos muchas meditaciones durante un tiempo. En adelante, las meditaciones aparecerán en las Entradas principales del Blog. Pero si no leíste las meditaciones publicadas lo puedes hacer navegando en la página. Un abrazo en el Señor y en San José… Tulio.

Martes 30 de junio de 2015

«Descansa en Dios alma mía…»

Aquí en España hace una semana dio comienzo el verano y tiempo de vacaciones para los estudiantes y para los que tienen la suerte de tener un trabajo también gozaran de unos días o semanas de descanso… Ojalá sean unos días verdadero relajamiento y renovación de las fuerzas y el espíritu…

No debemos dar por supuesto que al tener un tiempo de vacaciones es sinónimo de verdadero descanso… sino vamos con cuidado incluso progamar el verano se nos puede convertir en un gran estres y agobio…

Dediquemos tiempo a meditar, discernir y dialogar como conseguir un verdadero descanso… hemos de tenr en cuenta las diferentes dimensiones de nuestra vida… No somos solamente un cuerpo que se cansa… somos también un alma donde residen nuestra mente y sentimientos…

Para descansar y renovar nuestro cuerpo tenemos demasiada información y ofertas… pero para que descansen neustra mente y afectividad, me parece que más bien poco o nada sabemos o se nos oferta…

Hoy, quisiera sencillamente llamar la atención sobre estos aspectos tan fundamentales en nuestra vida… y subrayar que hemos descansar espírtualmente con la lectura, la oración, la música actividades en la naturaleza que renuevan nuestra alma y dialogar con las personas (diálogar, conversar cara a cara sin móviles o celulares de por medio, encuentros personales no solo por redes sociales….) sobre temas que nos enriquezcan sin polemizar…

En la Biblia, en el Salmo 62 (61) se nos invita el aprender a descansar en Dios nuestra vida entera…

 

Viernes 26 de junio de 2015

«El Espíritu de las Bienaventuranzas…17»

Estos días hemos intentado un sencillo acercamiento a las Bienaventuranzas y al Espíritu que las suscita y sostiene. Destacamos que este acercamiento lo propusimos desde la perspectiva de la vida de la Sagrada Familia Jesús, María y José durante los más o menos treinta años que convivieron juntos antes que Jesús empezará a predicar el Reino de Dios.

Las Bienaventuranzas son ante todo una Vida… que se encarnaron primeramente en ellos tres en la existencia cotidiana de una familia común, en una aldea de mala fama en el más profundo anonimato en el que vivían… Las Bienaventuranzas vistas desde la vida de Jesús, María y José se nos presentan como un camino serio y real de felicidad.

Una vida Bienaventurada es una vida en el Espíritu, alentada y sostenida por Él. Que a lo largo de nuestra existencia volvamos de vez en cuando a contemplar las Bienaventuranzas, reorientar nuestros pasos constantemente a ellas con la ayuda de la Santísima Trinidad y la Sagrada Familia de Nazaret. Amén.

Jueves 25 de junio de 2015

«El Espíritu de las Bienaventuranzas…16»

«Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegráos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros» (Mateo 5, 11-12)

En resmen, la alegría que propone Jesús es por encima de todo muy realista… no nos promete o propone una paz, gozo y felicidad falsas donde todo es bueno, sin problemas, donde todo es ideal… En él no hay letra pequeña, en su boca no hay engaño… Nos llama a vivir la existencia con los pies en la tierra, en medio de su realidad frágil, ambigua, dolorosa…

Desde el principio es claro y contundente: Seguirle a él no es cuestión de privilegios y honores, por el contrario seguir sus huellas nos hará ir en contra del pensamiento y actitudes egoistas tan arraigadas en la sociedad… por lo cual no nos faltarán persecuciones, injurias…

Podemos ser Bienaventurados en medio de todo esto porque no vamos en nuestro nombre, vamos en su nombre y no buscamos la gloria y la paga de los demás sino la de Dios mismo…

Es un aprendizaje de toda la vida, un desaprender a buscar otras alegrías que son ilusorias y alejadas de la realidad de la existencia… Me anima mucho pensar y contemplar a María y José como ser los padres de Jesús en este mundo no les supuso privelegios y honores… Coronas y tronos, nada más alejado de lo que les toco vivir al lado de Jesús: Imcomprensión, persecución, carencias de todo tipo… y fueron felices al compartir la vida al lado de Jesús…

María y José, aunque ahora os honrranos con toda la gloria de Dios por el lugar que ocupaís en la historia de la Salvación, que no olvidemos que fuisteis los primeros en vivir las Bienaventuranzas tal y como nos las propone Jesús… que vuestro camino fue en medio de Gozos y Dolores y no desfallezcamos faltos de ánimo en medio de nuestras dificultades y sepamos hallar en medio del dolor el Gozo de estar en las manos de Dios nuestro Padre y de sus manos nada ni nadie nos podrá separar (Juan 10, 29). Amén…

Martes 23 de junio de 2015

«El Espíritu de las Bienaventuranzas…15»

«Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos» (Mateo 5, 10) Se refiere a los perseguidos por buscar la justicia a los ojos de Dios, que muchas veces es contraria a la mentalidad de un mundo egoista.

Ya el papa Benedicto XVI nos enseñaba en su primera encíclica Deus caritas est (Dios es amor) en los números 5-6: «Ahora el amor es ocuparse del otro y preocuparse por el otro. Ya no se busca a sí mismo, sumirse en la embriaguez de la felicidad, sino que ansía más bien el bien del amado: se convierte en renuncia, está dispuesto al sacrificio, más aún, lo busca». Sí, la Caridad, buscar esta justicia nos supone renunciar no sólo a nuestra comodidad, sino, también a nuestra imagen, pues el que se decide a hacer el bien será juzgado, criticado y si molesta mucho al egoísmo instituido en la sociedad será perseguido…

Estas persecuciones empiezan en nosotros mismos, pues la Caridad nos supone una lucha interior, después nos viene muchas veces la incomprensión de los más cercanos: la familia y amigos…

Señor, que no perdamos de vista tu presencia y el gozo de tu amor cuando amar nos suponfa tensión, incomprensión y persecución… Danos tu fortaleza, danos tu Espíritu!!!

Lunes 22 de junio de 2015

«El Espíritu de las Bienaventuranzas…14»

«La Paz comienza por Casa…», sí, la Casa propia de la vida personal… y la Casa del Hogar-Familia, la Casa de nuestra fe o creencias sean las que sean… de lo contario todo intento o arenga o deseo por la paz se quedará en eso, en ilusiones, palabras vacias, buenas intenciones…

¿Cómo trabajamos a diario por la Paz? ¿?Es cosa de otros? ¿Es fruto sólo del esfuerzo e ingenio de las personas?… Diría San Pablo: «Porque él es nuestra paz: el que de los dos pueblos hizo uno, derribando el muro que los separaba, la enemistad» (Efesios 2, 14)

Podemos dudar muy seriamente de una fe o creencia que no lleve o invite a la Paz a sus seguidores… Una fe que no motive, inspire, genere una vida más digna y justa que no saque lo mejor de la inteligencia, afectividad y creatividad de las personas por el bien común la podemos identificar como alienación o fanatismo…

No se trata de decubrir o demostrar quien posee la Verdad, sino, más bien, aquellos que están poseidos por la verdad y llenos de ella, empezaran y terminaran cada jornada de su vida cotidiana Trabajando por la Paz y gozando en ello…

Dejemos que su Espíritu de Paz dinamice nuestra existencia y en lo ordinario de nuestra vida sembremos la Paz en nosotros y con los que nos rodean… Amén.

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¡Señor, haz de mí un instrumento de tu paz!
Que allí donde haya odio, ponga yo amor;
donde haya ofensa, ponga yo perdón;
donde haya discordia, ponga yo unión;
donde haya error, ponga yo verdad;
donde haya duda, ponga yo fe;
donde haya desesperación, ponga yo esperanza;
donde haya tinieblas, ponga yo luz;
donde haya tristeza, ponga yo alegría.

¡Oh, Maestro!, que no busque yo tanto
ser consolado como consolar;
ser comprendido, como comprender;
ser amado, como amar.

Porque dando es como se recibe;
olvidando, como se encuentra;
perdonando, como se es perdonado;
muriendo, como se resucita a la vida eterna.

Viernes 19 de junio de 2015

«El Espíritu de las Bienaventuranzas…13»

«Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios…» (Mateo 5, 9) La Paz no es simplemente la ausencia de la guerra o la violencia… La paz tiene muchos rostros o niveles… la paz interior, la paz con Dios, la paz con las demás personas, la paz de la sociedad y el mundo… y porque no, la paz en relación con la naturaleza y el universo…

La Paz es un regalo de Dios…  que se nos da por su Espíritu… La Paz es Don de Dios y Tarea nuestra… El papa Francisco nos ha entregado hoy la Encíclica Laudato Si´, sobre el Cuidado de la Casa Común, y podemos descubrir que la relación que tenemos con la naturaleza es muchas veces la proyección de cómo nos relacionamos entre nosotros… es tristemente una relación violenta y de expolio…

Trabajar cada día los distintos niveles de la Paz, redundará en una relación armoniosa con la naturaleza… podemos decir que un ecologismo realista y sincero hunde sus raíces en un corazón que trabaja cada día por vivir en Paz…

Os invito a descargar y leer la Encíclica del papa Francisco en http://w2.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/papa-francesco_20150524_enciclica-laudato-si.html

Jueves 18 de junio de 2015

«El Espíritu de las Bienaventuranzas…12»

«Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios» (Mateo 5, 8)… Cuando escuchamos esta frase, no nos deja indeferentes ni a creyentes y no creyentes porque toca lo más genuino del ser humano, su corazón: Lugar donde reside su Conciencia, sus Pensamientos y Sentimientos. No nos deja indiferentes, porque no da igual si nuestro corazón está limpio o no.

Feliz la mujer y el hombre que saben con la ayuda de Dios mantener limpio su Corazón porque verán a Dios en su vida y en la vida del hermano… por eso ya en el Antiguo Testamento la Sabiduría de la vida y la fe nos aconsejaba: «Por encima de todo cuidado, guarda tu corazón, porque de él brotan las fuentes de la vida» (Proverbios 4, 23)

Espíritu Santo, guardían, abogado y protector de toda nuestra vida, ayudanos a cuidar nuestro corazón limpio y transparente… Que seamos profundamente delicados en nuestra conciencia, pensamientos y sentimientos… y seamos así capaces de contemplar a Dios en nuestra existencia, en los demás y en el universo. Amén.

Miércoles 17 de junio de 2015

«El Espíritu de las Bienaventuranzas…11»

Felices los Misericordiosos… El Papa Francisco nos enseña:

«Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre. El misterio de la fe cristiana parece encontrar su síntesis en esta palabra. Ella se ha vuelto viva, visible y ha alcanzado su culmen en Jesús de Nazaret. El Padre, « rico en misericordia » (Ef 2,4), después de haber revelado su nombre a Moisés como « Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira, y pródigo en amor y fidelidad » (Ex 34,6) no ha cesado de dar a conocer en varios modos y en tantos momentos de la historia su naturaleza divina… Jesús de Nazaret con su palabra, con sus gestos y con toda su persona revela la misericordia de Dios» (MisericordiaeVultus, BULA DE CONVOCACIÓN DEL JUBILEO EXTRAORDINARIO DE LA MISERICORDIA)

La Misericordia no es una idea abstracta o bonita y piadosa, esta tiene un Rostro muy concreto y a ese rostro intentamos mirar cada día con los ojos de la Fe y la Esperanza… La Misericordia es Alguien y la podemos contemplar paso a paso en el Evangelio y el Nuevo Testamento…

María y José ayudadnos a contemplar en Cristo la Misericordia y empaparnos de ella. Amén.

Martes 16 de junio de 2015

«El Espíritu de las Bienaventuranzas…10»

«Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia…» (Mateo 5, 7) Me enseñaron que la palabra Misericordia esta formada por otras dos: Miseria y Corazón: Para el cristiano, la Misericordia es el Corazón de Dios Volcado en la Miseria… Dios es capaz de Amar lo no Amable…

El misericordioso se siente amado, aceptado e impulsado en su miseria… El misericordioso se ama y acepta en su miseria… por eso sabe amar con misericorida a los demás…

Que rápido se juzga y se condena en nuestro mundo, con la inmediatez de las redes sociales… Es triste darnos cuenta que en general en las sociedades en que vivimos se habla poco de la Misericordia, de la Compasión, de la Empatía y el Perdón… Se habla poco o nada de la Misericordia porque no se ha tenido experiencia de la misma… Nos relacionamos desde la exigencia, la exclusión… Con las Bienaventuranzas, nuestro Señor Jesucristo, nos propone una manera humanizante de relacionarnos con nosotros mismos, con los demás y con la naturaleza…

Jesús, María y José ayudadnos a experimentar la Misericordia de Dios en nuestra vida, instalarnos en ella y desde ella salir al encuentro de los demás, escucharlos, recibirlos, amarlos… Amén.

Lunes 15 de junio de 2015

«El Espíritu de las Bienaventuranzas…9»

«Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados» (Mateo 5, 6) Continuando con nuestra meditación de las Bienaventuranzas, hoy vamos a detenernos en «el hambre y sed de justicia…»

A todo hombre y mujer que vienen a este mundo les mueve el hambre y la sed… no sólo para la supervivencia de nuestros cuerpos y vida física, sino, ante todo esa otra hambre y sed interior que muchas veces no sabemos ponerle nombre… y dejamos que otros nos digan de que tenemos hambre y sed…

A un primer nivel tenemos hambre y sed de realizarnos en la vida, de ser felices, de triunfar… y en eso no hay nada malo… lo que si podemos cuestionarnos son los medios y las metas que elegimos para saciar esa sed… Tristemente, la mayoría nos quedamos mucha parte de nuestra existencia en ese primer nivel de hambre y sed… y no nos damos cuenta que hay un hambre y una sed profundas de Justicia, de Fraternidad, de Unidad y Comunión…

A esa otra hambre y sed cuando las intuimos nos producen temor, inseguridad y las acallamos… Que bueno si desde hoy nos dieramos cuenta que esa otra hambre y sed no provienen sólo de nosotros, sino que son compartidas con ese Dios Espíritu Santo que habita en lo más hondo de nosotros y que Él mismo quiere y puede saciarnos…

«El último día de la fiesta, el más solemne, Jesús puesto en pie, gritó: «Si alguno tiene sed, venga a mí, y beba el que crea en mí», como dice la Escritura: De su seno correrán ríos de agua viva. Esto lo decía refiriéndose al Espíritu que iban a recibir los que creyeran en él» (Juan 7, 37-39) La invitación de hoy sería a no tener miedo a esa Otra Hambre y Otra Sed de nuestra Vida… porque tenemos quién la sacie en nosotros desde dentro… No tengamos miedo de oír esa voz interior y fiarnos de ella… no temamos Amar… que no vamos solos y no es cosa nuestra… Es cosa de Dios queriendo amar en nosotros y es cosa nuestra también… sino saciamos esa hambre y sed de justicia habrá en nosotros un vacio inmenso que nada ni nadie podrá llenar…

Viernes 12 de junio de 2015

«Sagrado Corazón de Jesús… en ti descansa mi espíritu…»

Celebramos hoy la Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús. Hace unos días meditabamos la enseñanza del Concilio Vaticano II sobre la humanidad de Cristo: «El Hijo de Dios con su encarnación se ha unido, en cierto modo, con todo hombre. Trabajó con manos de hombre, pensó con inteligencia de hombre, obró con voluntad de hombre, amó con corazón de hombre.» (Conc. Vat. II, Const. Past. Gaudium et spes, 22).

El Corazón, como lugar simbólico donde residen los pensamientos y la afectividad, son en nuestro Señor Jesucristo un corazón Humano y Divino a la vez. Nuestro Dios es Amor, capaz de Amor, Compasión y Misericordia, no una idea filosófica o abstracta…

Ese Corazón, latío y sigue latiendo por cada uno de nosotros… por toda la humanidad en general y en particular, por quienes a dado su vida y ha resucitado…

Su corazón Divino-Humano, es para todo el que quiera el refugio y la fuente de todas las Bienaventuranzas, en especial la que estamos meditando estos días: La Mansedumbre…

María y José, han tenido el privilegio de sentir el latido del Corazón de Jesús en su Amor por la humanidad… y han sentido ese amor de hijo por sus padres… ¿Quién mejor que ellos para enseñarnos a conocer el Corazón Sagrado de Jesús, ese corazón a quien no le queda lejos el sufrimiento y las alegrías de la humanidad y aprender a confiar en Él?

María y José, enseñadnos a amar a Jesús… Amén.

 

Jueves 11 de junio de 2015

«El Espíritu de las Bienaventuranzas…8»

«Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados…» (Mateo 5, 5) Misteriosa Bienaventuranza que produce en nosotros estupor y rechazo al escucharla… En llorar no hay dicha… si en consuelo… pero, siendo sinceros, es fácil de comprender que en la vida hay lágrimas que merecen consuelo y hay otras que no…

Existe un llanto egoísta, por el orgullo herido, por el fracaso, por las apariencias… y existe un llanto, donde el centro del dolor no es uno mismo, sino, el otro… el dolor del otro, su sufrimiento, su pena, su desgracia, la injusticia que padece, etc…

Existe un llanto consecuencia de hacer el Bien… ese Merece el Consuelo… pero existe también un llanto que es fruto del mal que hemos sembrado, o por el bien que hemos dejado de hacer por miedo o cobardía…

Cristo y las primeras comunidades cristianas nos han dejado el Testimonio vivo de que el gozo y alegría son muchas veces en medio del Dolor y del Sufrimiento… La vida cristiana, no es una vida sin dolor, como en una burbuja, no, es como la vida de todo ser humano que viene a este mundo, un misterio de amor, alegría, gozo y dolor… Tener fe no es entrar en una élite que vive aislada de la realidad y el dolor humano… Sino, estar poseidos, envueltos, empapados, sumergidos en un Amor tal, que nos da fuerza para sobrellevar el dolor por grande que sea…

San Francisco, alabando a Dios, le sale de lo hondo de su corazón esta frase: «¡Felices los que sufren en paz con el dolor, porque les llega el tiempo de la consolación…!» (Himno a las Criaturas…)

Sirvanos, estas ideas para la oración de hoy… Amén.

Miércoles 10 de junio de 2015

«El Espíritu de las Bienaventuranzas…7»

«Bienaventurados = los mansos =, porque = ellos poseerán en herencia la tierra» (Mateo 5, 4) Se podría juzgar la Mansedumbre como poquedad, resignacióon o pasividad… pero nada más lejos de este Fruto del Espíritu Santo. Es más, el mismo Jesús la asocia a la Astucia: «Mirad que yo os envío como ovejas en medio de lobos. Sed, pues, astutos como las serpientes, y mansos como las palomas» (Mateo 10, 16) Es una astucia libre de malicia o interés egoista… es más bien, una escucha atenta y profunda al Espíritu Santo que nos insinua, sugiere e inspira hacer el bien desde lo pequeño y lo oculto…

El Manso de verdad, hereda la Tierra, es decir, la revoluciona desde dentro, sin hacer ruido, sin llamar la atención con vanidad… Meditando en esta Bienaventuranza, he recordado una frase que leí en una biografía de la Beata Madre Teresa de Calcuta que la movía a ella a diario allí donde iba: «Dejar las cosas un poquito mejor de como las encontré…»¡¡¡ Y, tanto que lo vivió!!! Dejando las cosas un poquito mejor de como las encontraba ha hecho tanto bien a la humanidad…

Jesús, María y José este maravilloso mundo en el que vivimos  no valora, ni conoce el tesoro de la Mansedumbre pues no destaca, no brilla… que podamos descubrir el gozo de esta Bienaventuranzas. Amén.

Martes 09 de junio de 2015

«El Espíritu de las Bienaventuranzas…6»

Hoy nuestra meditación nos servirá para los que estamos en Europa como oración de la noche. He tenido un día muy complicado y recién me conecto…

Continuámos con la Mansedumbre… Los Salmos son oraciones que nos ayudan en todos los momentos de la vida… os propongo pedir al Señor esta noche la Mansedumbre, aprendiendo a abandonarnos en sus brazos, que su Espíritu en nosotros acalle y modere nuestros deseos, impulsos, agovios, rencores, violencias, exigencias que nos violentan el alma y las relaciones con los demás… El Salmo 130 que comparíamos hace unos días nos introduce en este dinamismo de Mansedumbre y paz en el espíritu…

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Buenas noches… hasta mañana!!!

Lunes 08 de junio de 2015

«El Espíritu de las Bienaventuranzas…5»

«Bienaventurados = los mansos =, porque = ellos poseerán en herencia la tierra» (Mateo 5, 4) La Mansedumbre es precisamente un Fruto del Espíritu Santo (Gáátas 5, 23). Sin entrar en preciones teológicas acerca de este Don del Espíritu… dejemos que la misma palabra nos suscite e inspire… Masedumbre nos suena a Paz, tranquilidad interior ante las dificultades y no dejarse llevar por ellas… No es ser pasivo o tonto… por el contario, una persona mansa, dueña de sí mismo, de sus emociones y sentimientos, genera en torno a sí lo que se llama Autoridad Moral, que no le viene dada de fuera, sino que se gana con su forma de ser y estar en el mundo… por eso, poseerán la tierra. Esta Autoridad Moral, no es infalibilidad, ni mucho menos el aprecio cambiante de las modas que viene de un Club de Fans…

Esta Bienaventuranza está íntimamente unida a la anterior, a la Pobreza de Espíritu, a la profunda aceptación de uno mismo, de los demás y de la realidad… Sirvanos, esta breve reflexión para intorducirnos en el gozo de la Mansedumbre… para pedirla, para comtemplarla en Jesús, en María y en José…

Feliz Lunes!!! Unidos en el Espíritu de Cristo…

Domingo 07 de junio de 2015

«No podemos pasar hambre en la Casa del Pan…»

Hoy celebramos en toda la Iglesia, la Solemne Fiesta del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo… y el centro de esta celebración no es Cristo mismo, sino que él se hace, por Amor, Alimento para el hambriento… por eso, en definitiva, es el día de la Caridad, y en todas las eucaristías se hace una colecta para los más pobres… de este modo, en un día solemne los cristianos recordamos que el Amor a Dios no se puede separar del Amor al Prójimo (al próximo…).

Durante esta jornada celebraremos una Eucaristía especial y en muchos lugares se hará una Gran Procesión con el Santísimo por las calles alfombradas de flores… esta expresión antiquisima de la fe nos ha de ayudar a descubrir que es así como Cristo quiere acercarse al necesitado, al prójimo: con delicadeza, con solemnidad… porque el centro no es Él mismo, sino el que le necesita… Cristo no se quiere quedar encerrado en un Templo o Sagrario solo para los que van a Misa o Adorarle, el quiere salir en busca del necesitado, ir por las calles y salir al encuentro del otro…

La Eucaristía es el inicio y la meta de nuestra fe, en cuanto a estar unidos a Dios y los hermanos… Esto es lo que Nuestro Señor Jesucristo nos enseñó acerca del Reino de Dios. Su Reino, no es más que el Amor de Dios en Nosotros y Entre Nosotros… Reino Iniciado por Elos Tres, Sosenido por ellos Tres y llevado a su Plenitud por ellos Tres…

No podemos pasar hambre en la Casa del Pan… esa Casa es su Iglesia… ese Pan es Cristo mismo y todo su Amor… Recibido y Compartido entre nosotros por la Caridad… No pasemos Hambre (ni física y espiritual) en la Casa del Pan… que nadie pase hambre (ni física y espiritual) en la Casa del Pan…

Feliz Domingo!!!

Sábado 06 de junio de 2015

«El Espíritu de las Bienaventuranzas…4»

Podemos resumir las Bienaventuranzas como la Sabiduría de un pobre… El Entusiamo con que Jesús nos entregó este Camino de Vida nos remite a descubrir que detrás de sus palabras están las dos personas que le dan contenido a su mensaje… ¿A quienes se refería al presentar las bienaventuranzas? ¿Al público que le oía en directo? Sí, y a toda la humanidad de todos los tiempos… para nosotors es su anuncio… pero sus palabras nos dejan el sabor de su Vida… y el sabor de la vida de sus padres… ¿Quienes, sino, le han enseñado a Jesús, la dicha y el gozo de ser un pobre de espíritu que María y José?

Las Bienaventranzas, son sin duda, la herencia vital que Jesús recibió, aprendió de sus padres en la tierra… en cada una de ellas vemos el rostro de María y José de Nazaret… Para este sábado, pienso que con esta reflexión tenemos bastante para meditar y contemplar… para deleitarnos en el Espíritu, para agradecer, súplicar y pedir perdón si cabe… Quedemonos con la primera Bienaventuranza: «Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos…» (Mateo 5, 3) y si tenéis tiempo para estas semanas podéis leer un pequeño libro de espiritualidad en la línea de estás reflexiones, Sabiduría de un Pobre, de Eloi Lecrec. Es una pequeña biografía de la vida de San Francisco, que vivió apasionado por ser pobre como Cristo… os dejo el siguiente enlace donde podéis descargar una copia autorizada en PDF: http://1drv.ms/1dTx0pa

Feliz sábado en el Gozo del Señor…

Viernes 05 de junio de 2015

«El Espíritu de las Bienaventuranzas…3»

Continuamos meditando la Bienaventuranza de ayer: «Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos…» (Mateo 5, 3). Los Caminos de Dios son contrarios a los de un mundo egoísta y altivo. Pero estos caminos no son nada contrarios a la esctructura interna de la persona humana indistintamente de su cultura, raza, creencias o no creencias. Ya que somos criaturas suyas, a imagen y semajanza suya fuimos creados (Génesis 1, 27)…, entonces la Pobreza de espíritu, no es más que la aceptación profunda de nuestra humanidad, nuestra frgilidad y falibilidad… en el fondo todas las personas no somos más que «Pobres hombres y Pobres mujeres…» que al reconocerlo con inteligencia y humildad, nos instalamos en un estado de Paz interior…

Nuestro Señor Jesucristo, no duda en llamarnos dichosos en nuestra pobreza de espíritu amada y aceptada… por que, él mismo, siendo Dios, libremente se hizo hombre como nosotros y participó para siempre de nuestra humanidad como nos lo recuerda el Concilio Vaticano II:

«En realidad, el misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado. Porque Adán, el primer hombre, era figura del que había de venir, es decir, Cristo nuestro Señor, Cristo, el nuevo Adán, en la misma revelación del misterio del Padre y de su amor, manifiesta plenamente el hombre al propio hombre y le descubre la sublimidad de su vocación… El Hijo de Dios con su encarnación se ha unido, en cierto modo, con todo hombre. Trabajó con manos de hombre, pensó con inteligencia de hombre, obró con voluntad de hombre, amó con corazón de hombre. Nacido de la Virgen María, se hizo verdaderamente uno de los nuestros, semejantes en todo a nosotros, excepto en el pecado» (Conc. Vat. II, Const. Past. Gaudium et spes, 22)

Por esto si invitación a vivir reconciliados con nuestra humanidad y fragilidad recorre todos los tiempos y se hace como impulso en nuestra existencia. Qué grandes somos para Dios, que él mismo, no dudó en participar de nuestra humanidad!!! Entonces, ser pobres no es mala noticia, es una buena nueva de esperanza que en vez de paralizar nuestra vida la impulsa y la suaviza en medio de tantos sinsabores…

Gracias, Señor, por asumir nuestra humanidad hasta las ultimas consecuencias y mostrarnos el camino no desde arriba, sino desde abajo, como uno de los nuestros… Gracias por liberar nuestra condición humana de la mentira y el enfaño y así poder vivir en paz con nosotros mismos y con los demás… Amén.

Jueves  04 de junio de 2015

«El Espíritu de las Bienaventuranzas…2»

«En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles: –«Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos» (Mateo 5, 1-3). 

Ayer nos situabamos en el contexto en el cual dió inicio, Jesucristo, a su misión. Lo hicimos porque es desde ahí donde podemos comprender su enseñanza porque no propone ideas o utopías, propone un Camino de Vida, su predicación es una Prouesta de Sentido para la Vida…

«Dichosos los pobres en el espíritu…» Que revolucionaria y mordiente es esta afirmación… hoy más que nunca nos programan a vivir lo contrario y en eso nos movemos casi sin darnos cuenta: ser ricos y no solo en el espíritu… Ricos y no depender de nada ni de nadie…

¿Por qué nos anuncias esto, Señor? ¿Qué de bueno tiene ser pobre de espíritu? La pobreza en el espíritu no es más que una profunda aceptación de nosotros mismos y nuestras circunstancias y así aceptaremos profundamente al otro tal y como es y sus circunstancias… y de ellos es el Reino de los Cielos..., es decir, una convivencia en comunión y alegría probada… Nada tiene que ver la pobreza de espíritu con ser tontos, apocados, frágiles o débiles sin más…

Lo interesante, me parece a mí, está en que esta propuesta de felicidad que nos hace el Señor, no es más que una invitación a vivir como él vivió: Unido intimamente a Dios Padre y al Espíritu Santo y compartiendo la vida con María y José durante 30 años…

Nos propone una vida íntima con Dios que se expresa y manifiesta en la convivencia con los demás… podemos percibir que todas las Bienaventuranzas resumen el ambiente vital en el que vivian Jesús, María y José en Nazaret.

Ellos tres tienen mucho que decirnos… tres pobres de espíritu, felices y unidos… tres pobres que nos pueden enriquecer con su pobreza de espíritu… Amén.

miércoles 03 de junio de 2015

«El Espíritu de las Bienaventuranzas…1»

Mucho más podríamos decir y meditar acerca de la Espírtualidad de Comunión vivida, aprendida y compartida en Nazaret por Jesús, María y José… Ojalá que estas breves y himildes reflexiones nos hayan servido para incorporar en nuestra vida cotidiana de fe y en nuestra espiritualidad esas claves y horizontes nuevos.

Según nos narra el Evangelio de San Mateo, nuestro Señor, después de su vida oculta en Nazaret, fue bautizado por Juan en el río Jordán y se fue un mes más en solitario a orar y ayunar en el desierto. Después de toda esta preparación, Jesús empieza su vida pública anunciando el Reino de Dios predicando por todo el país.

En el Evangelio de Mateo, su primer gran Discurso es el de las Bienaventuranzas. ¿Por qué este discurso inaugural? No podemos menos que reconocer en hondura y mordiente que tienen las Bienaventuranzas no un discurso o promesas de futuro, sino la humilde propuesta de lo que es y ha sido su vida junto a Dios y junto a María y José en Egipto y Nazaret… Os proponenos detenernos unos días en meditar las Bienaventuranzas como continuidad de la vida de Jesús, como vida en el Espíritu de Comunión… por hoy os las dejamos aquí para que las oremos, meditemos y se deleite con ellas nuestra mente y espíritu:

«En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles:                                                                                          

-«Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.                                                                                                                                                                                                                   Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados.
Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra.
Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados.
Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios.
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa.                                                                                                                                                                         

Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo» (Mateo 5, 1-12)

Feliz día en la Paz del Espíritu Santo.

Martes 02 de junio de 2015

«Nazaret, Casa y Escuela de la Comunión… 6»

«Para ello, hemos de hacer nuestra la antigua sabiduría, la cual, sin perjuicio alguno del papel jerárquico de los Pastores, sabía animarlos a escuchar atentamente a todo el Pueblo de Dios. Es significativo lo que san Benito recuerda al Abad del monasterio, cuando le invita a consultar también a los más jóvenes: «Dios inspira a menudo al más joven lo que es mejor». Y san Paulino de Nola exhorta: «Estemos pendientes de los labios de los fieles, porque en cada fiel sopla el Espíritu de Dios»…» (San Juan Pablo II, Carta Apost., Novo Millennio Ineunte, 45)

Esta Espiritualidad de Comunión que vamos meditando no se queda en un interesante y sugestivo slogan, pues, se concreta en la fundamental de la vida cotidiana y choca con la rutina en la que muchas veces nos instalamos.

Vivir guiados por el Espíritu de Comunión, es saber escuchar profundamente a los demás, en especial, a aquellas personas que a los ojos del mundo y sus apariencias no cuentan: los niños, los jóvenes, los ancianos, los pobres…

¿Cuánta riqueza y talentos dejamos de descubrir en nuestras familias, comunidades parroquiales y eclesiáles, empresas y la sociedad en general por no saber escuchar a los más pequeños o los que aparentemente no cuentan o valen?

Señor Jesús, tú removiste las conciencias, a los creyentes de tu tiempo y de todos los tiempos porque escuchabas profundamente a cada uno que se cruzaba en tu camino y lo incluías en el Reino, ayudanos a vivir en ese mismo espíritu de escucha atenta a cada persona en cada situación. Amén.

Lunes 01 de junio de 2015

«Nazaret, Casa y Escuela de la Comunión… 5»

«Los espacios de comunión han de ser cultivados y ampliados día a día, a todos los niveles, en el entramado de la vida de cada Iglesia. En ella, la comunión ha de ser patente en las relaciones entre Obispos, presbíteros y diáconos, entre Pastores y todo el Pueblo de Dios, entre clero y religiosos, entre asociaciones y movimientos eclesiales» (San Juan Pablo II, Carta Apost., Novo Millennio Ineunte, 45).

Podemos contemplar a la Sagrada Familia en Nazaret como esa pequeña Iglesia Doméstica, semilla, embrión de lo que serían según el designio de Dios las Primeras Comunidades Cristianas. El Evangelio da testimonio fiel de esas relaciones de Comunión Profunda entre Jesús, María y José. Nuestro Señor Jesucristo, consciente que es a la vez Hombre y Dios verdadero, no deja por eso de reconocer y vivir bajo la autoridad de José y María como sus verdaderos padres: «Cuando le vieron, quedaron sorprendidos, y su madre le dijo: «Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando.» El les dijo: «Y ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?» Pero ellos no comprendieron la respuesta que les dio. Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos« (Lucas 2, 48-51)

Del mismo modo que María y José vivían en esa obediencia amorosa a las necesidades de Jesús y para proteger su vida emigraron a Egipto y al volver en vez de residir en Belén, donde había nacido, decidieron volver a Nazaret, aunque esta fuera una aldea de mala fama, como nos narra el Evangelio según San Mateo capítulo 2, 13-23.

Jesús, María y José, enseñadnos a cultivar cada día esas relaciones y espacios de comunión en el día a día de nuestras familias, esas Iglesias domésticas y en nuestras Comunidades Parroquiales o eclesiales viviendo el gozo de la unidad y siendo así humildemente luz para nuestros hermanos heridos por tantas rupturas, envidias y egoísmos. Amén.

Domingo 31 de mayo 2015

«Solemnidad de la Santísima Trinidad…»

Solemnidad de la Santísima e indivisa Trinidad, en la que confesamos y veneramos al único Dios en la Trinidad de personas, y la Trinidad de personas en la unidad de Dios (elog. del Martirologio Romano). ¡¡¡Vamos, que Dios es Familia!!!

La Unidad y la Comunión la llevamos en los genes, pues estamos creados a imagen y semejanza de este Dios Comunidad y Familia (ver Génesis 1, 26). Por eso toda ruptura o división por pequeña que sea afecta profundamente nuestro ser y el de la humanidad, de ahí que como cristianos, más allá de toda evidencia de falta de comunión, nuestra esperanza se fundamenta en que ellos tres son en nosotros la fuente de ese Amor Nuevo que nos hermana profundamente: «Y así toda la Iglesia aparece como «un pueblo reunido en virtud del amor con que se aman el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo»…» (Conc. Vat. II, Const. Dog. Lumen gentium, 4)

La división nos empobrece y nos enferma. Esta Solemnidad nos invita a descubrir la riqueza de la diversidad, tener una mirada renovada sobre los demás, sobre lo distinto, reconociendo lo bueno y la riqueza que hay en los demás y luchar contra todo aquello que nos separa:

«Espiritualidad de la comunión es también capacidad de ver ante todo lo que hay de positivo en el otro, para acogerlo y valorarlo como regalo de Dios: un « don para mí », además de ser un don para el hermano que lo ha recibido directamente. En fin, espiritualidad de la comunión es saber « dar espacio » al hermano, llevando mutuamente la carga de los otros (cf. Ga 6,2) y rechazando las tentaciones egoístas que continuamente nos asechan y engendran competitividad, ganas de hacer carrera, desconfianza y envidias. No nos hagamos ilusiones: sin este camino espiritual, de poco servirían los instrumentos externos de la comunión. Se convertirían en medios sin alma, máscaras de comunión más que sus modos de expresión y crecimiento» (San Juan Pablo II, Carta Apost., Novo Millennio Ineunte, 43).

Que en esta Solemnidad de la Santísima Trinidad nos ayude a mirar en nuestro interior y les dejemos a ellos impulsarnos hacia la unidad. Amén.

Sábado 30 de mayo de 2015

«Nazaret, Casa y Escuela de la Comunión… 4»

«Espiritualidad de la comunión es también capacidad de ver ante todo lo que hay de positivo en el otro, para acogerlo y valorarlo como regalo de Dios: un « don para mí », además de ser un don para el hermano que lo ha recibido directamente. En fin, espiritualidad de la comunión es saber « dar espacio » al hermano, llevando mutuamente la carga de los otros (cf. Ga 6,2) y rechazando las tentaciones egoístas que continuamente nos asechan y engendran competitividad, ganas de hacer carrera, desconfianza y envidias. No nos hagamos ilusiones: sin este camino espiritual, de poco servirían los instrumentos externos de la comunión. Se convertirían en medios sin alma, máscaras de comunión más que sus modos de expresión y crecimiento» (San Juan Pablo II, Carta Apost., Novo Millennio Ineunte, 43).

Mañana, celebramos la Solemnidad de la Santísima Trinidad y nos podemos preparar profundizando más en qué consiste la Espiritualidad de Comunión. San Juan Pablo II nos dice hoy que esa espiritualidad consiste también en la capacidad de ver antes que nada, lo que hay de positivo en le otro, esto significa, ver a los demás con ojos de misericordia, no quedándonos en los defectos y pecados del prójimo.

En la Eucaristía antes de prepararnos para la comunión, después del Padre Nuestro, el sacerdote ora a Dios en nombre de todos diciendo: «no tengas en cuenta nuestros pecados sino la fe de tu Iglesia…», ojalá tomáramos en serio esta súplica y no nos dejemos envolver con ese espíritu del mundo que lleva la cuenta del mal, de los errores y de los pecados de los demás para luego echárselos en cara y así creerse mejor.

Jesús, María y José ayudadnos a sentir como nos mira Dios y vivir con una mirada de misericordia para con los demás. Amén.

Viernes 29 de mayo de 2015

«Nazaret, Casa y Escuela de la Comunión… 3»

«Espiritualidad de la comunión significa, además, capacidad de sentir al hermano de fe en la unidad profunda del Cuerpo místico y, por tanto, como « uno que me pertenece », para saber compartir sus alegrías y sus sufrimientos, para intuir sus deseos y atender a sus necesidades, para ofrecerle una verdadera y profunda amistad…» (San Juan Pablo II, Carta Apost., Novo Millennio Ineunte, 43). 

Siguiendo la reflexión del santo papa, Juan Pablo II, de feliz memoria, continuemos meditando el significado de la Espiritualidad de Comunión desde la perspectiva de Nazaret como lugar existencial y de residencia de la Sagrada Familia, y así, de este modo, podamos descubrir en ellos un camino cierto, sencillo para vivir la fe en medio del mundo.

Sentir al hermano de fe como «uno que me pertenece»: El Espíritu Santo, trabaja en nosotros una mirada nueva sobre nosotros mismos y sobre los demás. El otro, ya no es algo fuera de mí, lejos de mí, que amenaza de alguna manera mi vida, el otro es parte mía… no por mi mérito o por mi carácter, ni por mi bondad, sino, por que Cristo nos ha unido a todos en sí mismo por el vínculo de la Caridad y Él mantiene esa unidad por el Espíritu Santo:

«Mas ahora, en Cristo Jesús, vosotros, los que en otro tiempo estabais lejos, habéis llegado a estar cerca por la sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz: el que de los dos pueblos hizo uno, derribando el muro que los separaba, la enemistad»

(Carta de San Pablo a los Efesios 2, 13-14)

Dejemos que San Juan de la Cruz nos introduzca en este sentir con parte su oración titulada «Oración del alma enamorada, 27» :

«Míos son los cielos y mía es la tierra; mías son las gentes,
los justos son míos y míos los pecadores;
los ángeles son míos, y la Madre de Dios
y todas las cosas son mías; y el mismo Dios es mío y para mí,
porque Cristo es mío y todo para mí.
Pues ¿qué pides y buscas, alma mía?
Tuyo es todo esto, y todo es para ti.
No te pongas en menos ni repares en migajas
que se caen de la mesa de tu Padre.
Sal fuera y gloríate en tu gloria, escóndete en ella y goza,
y alcanzarás las peticiones de tu corazón».

Una mente y un corazón con esta amplitud se forja en Nazaret junto a Jesús, María y José. En el silencio y la meditación y en la convivencia cotidiana con el otro, en medio de toda circunstancia, incluso en aquellas que rechazamos, que nos hieren o escandalizan si nos abandonamos en las manos del Espíritu Santo, alfarero de las Almas de Comunión. Amén.

Jueves 28 de mayo de 2015

«Nazaret, Casa y Escuela de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote»

Celebramos hoy la Fiesta de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote. Recordamos de un modo especial y encomendamos a nuestras oraciones a todos aquellos que han sido llamados a participar del Sacerdocio de Cristo, agradecemos su respuesta, su fidelidad y su trabajo. Pedimos por los sacerdotes que pasan por la tribulación, por los que están enfermos, solos, abandonados y que son perseguidos y calumniados, del mismo modo por los que han escuchado la llamada y están en su etapa de formación, discernimiento y consolidación de su vocación.

Para hoy nos podemos detener en dos aspectos. La reflexión del papa Pío XII, sobre esta Fiesta:

De la carta encíclica Mediator Dei del papa Pío XII
(AAS 39 [1947], 552-553)
CRISTO, SACERDOTE Y VÍCTIMA

«Cristo es ciertamente sacerdote, pero lo es para nosotros, no para sí mismo, ya que él, en nombre de todo el género humano, presenta al Padre eterno las aspiraciones y sentimientos religiosos de los hombres. Es también víctima, pero lo es igualmente para nosotros, ya que se pone en lugar del hombre pecador. Por esto, aquella frase del Apóstol: Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús, exige de todos los cristianos que, en la medida de las posibilidades humanas, reproduzcan en su interior las mismas disposiciones que tenía el divino Redentor cuando ofrecía el sacrificio de sí mismo: disposiciones de una humilde sumisión, de adoración a la suprema majestad divina, de honor, alabanza y acción de gracias. Les exige asimismo que asuman en cierto modo la condición de víctimas, que se nieguen a sí mismos, conforme a las normas del Evangelio, que espontánea y libremente practiquen la penitencia, arrepintiéndose y expiando los pecados. Exige finalmente que todos, unidos a Cristo, muramos místicamente en la cruz, de modo que podamos hacernos nuestra aquella sentencia de san Pablo: Estoy crucificado con Cristo».

El segundo aspecto sería contemplar cómo Nuestro Señor Jesucristo, asimiló, como hombre verdadero, las claves existenciales de su Sacerdocio del testimonio diario de la vida, fe y amor de sus padres María y José durante los años que vivieron exiliados en Egipto y los años de la vida oculta en Nazaret. Como Hombre Verdadero, Cristo no improvisó su Sacerdocio. No se formó en el Templo de Jerusalén, bajo la guía de los sumos sacerdotes y maestros de su época. Sus formadores, por así decirlo han sido María y José. Aquí se nos abre un horizonte inmenso ante lo que significa el Sacerdocio Existencial de Cristo como Hombre y el alcance del sacerdocio común de los fieles del cual participamos desde el Bautismo. María y José, gracias por transmitir a nuestro Señor lo que es una entrega gozosa a Dios, la ofrenda de la vida y el sacrificio por amor en bien de los demás. Acompañadnos en nuestro camino de fe. Amén.

Miércoles 27 de mayo de 2015

«Nazaret, Casa y Escuela de la Comunión… 2»

Espiritualidad de comunión

«Hacer de la Iglesia la casa y la escuela de la comunión: éste es el gran desafío que tenemos ante nosotros en el milenio que comienza, si queremos ser fieles al designio de Dios y responder también, a las profundas esperanzas del mundo […] Espiritualidad de la comunión significa, ante todo una mirada del corazón sobre todo hacia el misterio de la Trinidad que habita en nosotros, y cuya luz ha de ser reconocida también en el rostro de los hermanos que están a nuestro lado» (San Juan Pablo II, Carta Apost., Novo Millennio Ineunte, 43)

Muchos teólogos de la Iglesia no dudan en comparar a la Sagrada Familia de Nazaret, Jesús, María y José, en cierto modo, con la Santísima Trinidad aquí en la Tierra. Podemos dirigir así la mirada de nuestro corazón a esa Iglesia doméstica, Casa y Escuela de la Comunión, donde Jesús, María y José eran fieles en el día a día al designio de Dios respondiendo así a las profundas esperanzas de la humanidad por los siglos de los siglos.

Que gran aprendizaje diario para María y José, contemplar a Dios viviendo en medio de ellos en su hijo Jesús, contemplar a Dios hecho hombre, al Todopoderoso pequeño y frágil como un niño y a la vez, aprender a contemplar la acción del Padre bueno y del Espíritu Santo en su vida personal y en su matrimonio. ¡Qué lazos tan profundos se iban tejiendo entre María y José al responder juntos a los planes de Dios y ser sus padres en la tierra!

María y José, os pedimos que nos acompañéis para saber contemplar a Dios que habita en nosotros y entre nosotros y no tener miedo al alcance que tiene en la existencia ver a Dios en los demás, a no tener miedo de mirar nuestra vida y la de los que conviven con nosotros, con unos ojos nuevos. Amén.

Martes 26 de mayo 2015

«Nazaret, Casa y Escuela de la Comunión…»

Las lecturas de la misa en la memoria obligatoria de San Felipe Neri nos llaman a vivir en la Alegría de la Comunión cuya fuente está en Dios.

La Primera Lectura Filipenses, 4, 4-9: «Estad siempre Alegres en el Señor, os lo repito, estad alegres…» ¡Que no daríamos por estar siempre alegres! Parece una exigencia del Apóstol San Pablo a los creyentes vivir en esa alegría sostenida, pero es al contrario, pues hemos de leer y meditar la Carta de San Pablo a los Filipenses desde la clave del Don, pues nos habla de una Alegría Recibida. Y que curioso, la Alegría es uno de los frutos del Espíritu Santo, uno de sus rostros…

Y el Salmo 33: «Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él…» nos introduce en esa atmósfera del Don que se recibe en la oración y contemplación lo mismo que el Evangelio de San Juan 17, 20-26: «En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, oró, diciendo: Padre, éste es mi deseo: que los que me confiaste estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo… Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenias  esté con ellos, como también yo estoy con ellos» .

Nazaret, residencia y ambiente vital y cotidiano de la Sagrada-Humana Familia formada por Jesús, María y José es sin duda la Casa y Escuela de la Comunión, la Casa y Escuela de la Alegría Sostenida y real, de esa Alegría en medio de toda circunstancia incluidas las adversas. Que con tu ayuda, San José, hagamos de nuestro Hogar y Familia esa Casa y Escuela de la Comunión bajo la guía y acción del Espíritu Santo. Amén.

Lunes 25 de mayo 2015

«Para mí lo bueno es estar junto a Dios, hacer del Señor mi refugio…» (Salmo 73, 28)

Según la Liturgia cristiana hoy volvemos al Tiempo Ordinario. Ordinario y Cotidiano es la mayor parte de nuestro tiempo y el Señor nos invita a descubrirlo, agradecerlo y amarlo. Si miramos la vida de Jesucristo y de las personas que le acompañaron en su vida mortal, María y José, la mayor parte de su tiempo fue ordinario, cotidiano, común y corriente que en la teología se denomina «Vida oculta» de Nuestro Señor. Por lo menos treinta años duró ese tiempo para Jesús, María y José. Tiempo del que la Sagrada Escritura nos habla poco, pero ese silencio nos dice mucho si lo sabemos escuchar: Nos enseñan los santos padres que Dios ya estaba redimiendo al mundo desde su Encarnación y su vida en Nazaret, pasando desapercibido a los ojos del mundo. En la cotidianidad de nuestra vida, bebiendo de las fuentes de nuestra fe y sus Solemnidades, como la recién celebrada en Pascua y Pentecostés, vamos aprendiendo a hacer que lo Bueno de nuestra vida sea estar junto a Dios y hacer del Señor nuestro refugio…

La Sagrada Familia, Jesús, María y José nos enseñan que ese Tiempo Ordinario y esa Vida Oculta que es la mayor parte de nuestra existencia sea de verdad un Tiempo de Salvación… un Tiempo de Gozo y Caridad Compartida… Ayúdanos, buen José que hacer del Señor nuestro refugio no nos cierre en nosotros mismos, que ese Espíritu que hemos recibido en el Bautismo, sea en nosotros Fuente de agua viva que salta al encuentro de los demás…

Viernes 22 de mayo de 2015

«San José: Hombre guiado por el Espíritu Santo 3»

3. «Despertado José del sueño, hizo como el Ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer…, ella dio a luz un hijo, y le puso por nombre Jesús…»  (Mateo1, 24-25).

Guiado por el Espíritu de Dios, San José toma a María su mujer y al nacer su hijo le puso en nombre de Jesús. De esta manera se hace colaborador esencial en la Historia de la Salvación como nos enseñaría San Juan Pablo II: «Precisamente José de Nazaret «participó» en este misterio como ninguna otra persona, a excepción de María, la Madre del Verbo Encarnado. El participó en este misterio junto con ella, comprometido en la realidad del mismo hecho salvífico, siendo depositario del mismo amor, por cuyo poder el eterno Padre «nos predestinó a la adopción de hijos suyos por Jesucristo» (Ef 1, 5).»(Juan Pablo II, Exhortación Apostólica Redemptoris Custos, 1). Sin temor a equivocarnos, San José, con su Sí a los planes de Dios, no con palabras, sino con sus hechos, da la misma respuesta que la Virgen María al anuncio del Ángel respecto a la Encarnación del Hijo de Dios: «El la tomó en todo el misterio de su maternidad; la tomó junto con el Hijo que llegaría al mundo por obra del Espíritu Santo, demostrando de tal modo una disponibilidad de voluntad, semejante a la de María, en orden a lo que Dios le pedía por medio de su mensajero» (Juan Pablo II, Exhortación Apostólica Redemptoris Custos, 3)

Aquí el horizonte que se nos abre es inmenso y hermoso: María y José, cada uno a su manera y en su tiempo, una pareja, un matrimonio guiado por el Espíritu Santo. Compañeros en un Camino peculiar, en las circunstancias más adversas, en el total anonimato pero viviendo la plenitud de un Amor que les movía desde dentro. Una experiencia personal y compartida del Espíritu Santo en el día a día de su existencia. María es junto a los Apóstoles, protagonista en el acontecimiento de Pentecostés y estoy seguro que en ese momento ella recordaría a su esposo José con el que vivió guiada por el Espíritu amando, cuidando y acompañando paso a paso la vida y crecimiento de nuestro Señor Jesucristo.

Nota: La Exhortación Redemptoris Custos la podemos leer o descargar en http://w2.vatican.va/content/john-paul-ii/es/apost_exhortations/documents/hf_jp-ii_exh_15081989_redemptoris-custos.html

Que estas breves y humildes reflexiones nos ayuden a vivir este Pentecostés de otro modo. Que podamos decir: «Estoy en Modo María y José», es decir, en Modo Guiado por el Espíritu. Amén.

Jueves 21 de mayo de 2015

«San José: Hombre guiado por el Espíritu Santo 2»

2. «Así lo tenía planeado, cuando el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo» (Mateo 1, 20) Como meditábamos ayer, San José estaba delante de una gran misterio: La Encarnación del Hijo de Dios en las entrañas de María su prometida y esposa. Debía tomar una importante decisión, pues era justo, como nos narra el Evangelio de San Mateo: ser fiel a Dios y no dejar en evidencia a María por que la amaba de verdad.

La justicia de San José, su amistad con Dios al ser guiado por el Espíritu Santo, no se limitaba a estar en paz con el Señor, su espiritualidad impregnaba todos los aspectos de su existencia, por eso antes de tomar una decisión, la ponderó. En el Antiguo Testamento, los sueños son una forma de presentarnos la oración en la que escuchamos a Dios, por eso el Ángel del Señor se le apreció en sueños a José y fue iluminado respecto a la decisión que habría de tomar.

San José, vivimos en un tiempo agobiado por las prisas y los resultados y las eficacias de una mentalidad humana pobre y mal herida sin más horizonte que lo material. Ayúdanos a que como tú sepamos orar, ser guiados por el Espíritu Santo, Espíritu de Comunión y no tomemos decisiones apresuradas por los sentimientos, las circunstancias, los comentarios de los demás, las apariencias y así escuchemos la voz de Dios que une en vez de separar.

Miércoles 20 de mayo de 2015

«San José: Hombre guiado por el Espíritu Santo»

El próximo Domingo celebramos la Solemnidad de Pentecostés y nos podemos acercar a este Acontecimiento Fundamental en la Historia de la Salvación desde la perspectiva de la vida de San José un hombre guiado por el Espíritu Santo. Compartiremos algunas claves que nos ayuden a contemplar la Acción del Espíritu en la existencia ordinaria del que fue y es compañero de la Virgen María y padre de Jesús.

1. «La generación de Jesucristo fue de esta manera: Su madre, María, estaba desposada con José y, antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo. Su marido José, como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto». (Mateo 1, 18-19)

El Nuevo Testamento al referirse a San José como «Justo», proyecta en su vida toda la tradición de la Antigua Alianza respecto a los hombres elegidos y guiados por Dios, como Abraham, Isaac, Jacob y su hijo José, Moisés, Isaías, Jeremías, el Rey David, sin temor a equivocarnos. El común denominador en todos estos personajes es la elección divina y la unción con su Espíritu.

El Antiguo Testamento hablando de la Sabiduría de Dios, nos está hablando del Espíritu Santo: «Porque a todo movimiento supera en movilidad la Sabiduría, todo lo atraviesa y penetra en virtud de su pureza. Es un hálito del poder de Dios, una emanación pura de la gloria del Omnipotente, por lo que nada manchado llega a alcanzarla. Es un reflejo de la luz eterna, un espejo sin mancha de la actividad de Dios, una imagen de su bondad. Aun siendo sola, lo puede todo; sin salir de sí misma, renueva el universo; en todas las edades, entrando en las almas santas, forma en ellas amigos de Dios y profetas…» (Libro de la Sabiduría 7,24-27) San José es una de esas Almas Santas en las que entró el Espíritu Santo e hizo de él un Amigo de Dios y un Profeta sin palabras, pero con la elocuencia de su vida. El Espíritu Santo hizo de San José ese Amigo de Dios que supo acompañar a María y a Jesús especialmente en las dificultades y cuando humanamente no entendía nada y los proyectos de Dios le superaban con creces.

Que San José, nos disponga a recibir al Espíritu Santo de Dios y seamos introducidos en esa Amistad con Dios.

Domingo 09 de nov´2014

«El derribó el muro que los separaba…»

(Efesios 2, 13-16)

Hoy hace 25 años caía el muro de Berlín y nos lo han recordado en los telediarios y en la radio y la prensa escrita. Con el tiempo van cayendo todos los muros, tanto los visibles como los invisibles… pero también es bueno recordar que unos muros caen y otros se van levantando lentamente pero con firmeza.

Esos muros no están lejos de nosotros en otros países o continentes porque los muros más crueles y fríos se levantan en nuestra mente y en nuestro afectos, en nuestras costumbres culturales…. Muros que nos separan de Dios y de los demás…

San Pablo en su Carta a los Efesios ya hacía esta lectura acerca de la Salvación que nos ha llegado por Cristo: «Mas ahora, en Cristo Jesús, vosotros, los que en otro tiempo estabais lejos, habéis llegado a estar cerca por la sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz: el que de los dos pueblos hizo uno, derribando el muro que los separaba, la enemistad, anulando en su carne la Ley de los mandamientos con sus preceptos, para crear en sí mismo, de los dos, un solo Hombre Nuevo, haciendo la paz,  y reconciliar con Dios a ambos en un solo Cuerpo, por medio de la cruz, dando en sí mismo muerte a la Enemistad» (Efesios 2, 13-16).

Queda claro que esos muros que se levantan en nuestro interior los ha derribado Cristo con su muerte y resurrección y sólo él los puede volver a derribar y sólo necesita que confiemos en él, que le dejemos ser Dios y nos abramos a su gracia. Colaboremos con el Espíritu Santo, el Espíritu de Cristo en ir quitando cada día un ladrillo de esos muros que nos van quitando lentamente la Alegría y la Esperanza… Amén.

Sábado 08 de nov´2014

«Espontaneamente servimos a los que amamos…

La Santidad como servicio»

En el Evangelio de la Misa de hoy sábado: Lucas 16, 9-15, se nos recuerda que no podemos servir a Dios y al dinero, no podemos vivir valores de convivencia que crean una sociedad libre, justa y realizada si amamos y servimos al dinero por encima de todo como a un dios. La vida de San José es nítido de reflejo de su Amor a Dios en su diario Servicio a Jesús (el Hijo de Dios e hijo suyo), como en su servicio a María su esposa, ganando y administrando justamente el dinero para su supervivencia y crecimiento familiar.

En estos tiempos en que en España nos vemos sobresaltados por la corrupción en nuestra sociedad, en el sistema político y  económico nos consuele, anime e inspire la vida de San José que al igual que san Pablo nos puede decir:

«Yo he aprendido a arreglarme en toda circunstancia. Sé vivir en pobreza y abundancia. Estoy entrenado para todo y en todo: la hartura y el hambre, la abundancia y la privación. Todo lo puedo en Aquel que me conforta…» (Filipenses 4, 11-13 Primera lectura de la Misa de hoy).

Como no recordar los apuros de San José cuando el parto de María en la cueva de Belén, sin encontrar posada y en su huida a Egipto como emigrantes y extranjeros y su regreso a Israel en medio del temor que le hicieran daño a Jesús y su vida en Nazaret aquella aldea pobre y de mala fama. San José se ganaba a diario su jornal, el pan para su familia con el trabajo de sus manos y el sudor de su frente en medio de penas y necesidades, no se lo ganaba injustamente con el sudor y el trabajo de los demás. Esta manera de vivir y ganarse la vida se la enseñó a Jesús: «El Hijo de Dios con su encarnación se ha unido, en cierto modo, con todo hombre. Trabajó con manos de hombre, pensó con inteligencia de hombre, obró con voluntad de hombre, amó con corazón de hombre. Nacido de la Virgen María, se hizo verdaderamente uno de los nuestros, semejantes en todo a nosotros, excepto en el pecado». (Concilio Vaticano II, CONSTITUCIÓN PASTORAL GAUDIUM ET SPES SOBRE LA IGLESIA EN EL MUNDO ACTUAL, nº 22)

Mucho tiene que decir y aportar San José con la elocuencia de una vida vivida a diario en el más profundo Amor a Dios y en su Servicio a los dos más grandes tesoros que el Padre del Cielo le confío: «siguiendo la huella de la secular veneración a san José, deseo presentar a la consideración de vosotros, queridos hermanos y hermanas, algunas reflexiones sobre aquél al cual Dios «confió la custodia de sus tesoros más preciosos», Con profunda alegría cumplo este deber pastoral, para que en todos crezca la devoción al Patrono de la Iglesia universal y el amor al Redentor, al que él sirvió ejemplarmente». (EXHORTACIÓN APOSTÓLICA REDEMPTORIS CUSTOS DEL SUMO PONTÍFICE JUAN PABLO II, nº 1)

Viernes 07 de nov´2014

«San José, obrero de Santidad..»

Vive [toda] fiesta de San José […], no solo con mera devoción, ni como una más en el año, sino teniendo al padre de Jesús como modelo de vida para que tu también puedas ser “OBRERO DE SANTIDAD”. Este día, en tu oración, ruega a Dios por intercesión de San José que te permita vivir ese amor comprometido, escucharle en la fe, renuncia a ti mismo y glorifícalo a Él que es bueno y santo, que te conceda la gracia de cuidar a Jesús y de aceptar a María. Que el Señor Jesús nos conceda como a San José ser “ARTESANOS DE LA OBRA DE DIOS Y OBREROS EN LA VIÑA DEL SEÑOR”. “Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía…”

Por último, les comparto un fragmento de la homilía del Papa Francisco durante la misa de inicio de su pontificado el pasado 19 de marzo de 2013, fiesta de San José:

¿Cómo ejerce José esta custodia? Con discreción, con humildad, en silencio, pero con una presencia constante y una fidelidad y total, aun cuando no comprende. Desde su matrimonio con María hasta el episodio de Jesús en el Templo de Jerusalén a los doce años, acompaña en todo momento con esmero y amor. Está junto a María, su esposa, tanto en los momentos serenos de la vida como los difíciles, en el viaje a Belén para el censo y en las horas temblorosas y gozosas del parto; en el momento dramático de la huida a Egipto y en la afanosa búsqueda de su hijo en el Templo; y después en la vida cotidiana en la casa de Nazaret, en el taller donde enseñó el oficio a Jesús. (Papa Francisco)

Artículo Ernesto Martínez. En http://catolicosconaccion.com/2013/05/01/san-jose-obrero-de-santidad/

Jueves 06 de nov´2014

«No temáis ser Santos…»

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¿Cuántas veces nos repitió San Juan Pablo II, papa: «No temáis ser los santos del nuevo milenio»?

No temáis a la verdad de Dios, a la verdad de la vida, a la verdad de vuestras vidas y a la verdad de la vida de los demás y de los que amáis… Sólo el Amor Perfecto expulsa el temor (ver 1ª Carta de Juan 4, 18-19).

San José, llamado Justo en la Biblia (Mateo 1, 19), aprendió a abrazarse en ese Amor Perfecto que es Dios mismo (Ver 1ª Carta de Juan 4, 7 y siguientes) y sus temores y miedos se fueron difuminando haciendo de la Santidad (perfección en el Amor a Dios y al Prójimo) algo cotidiano en su vida: Era Justo.

Para San José las etapas de su relación con María la Madre de Jesús, estaban empapadas de ese proceso de vencer el Temor a Amar: «el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados […] Despertado José del sueño, hizo como el Ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer. Y no la conocía hasta que ella dio a luz un hijo, y le puso por nombre Jesús» (Mateo 1, 20-21 y 24-25)

Cuidar de Jesús, el Hijo de Dios e hijo suyo y de María su Esposa significó para San José (Redemptoris Custos) un camino de dejarse vencer por el Amor Perfecto de Dios paso a paso y no tener miedo a Amar, a ser Santo: «El se levantó, tomó consigo al niño y a su madre, y entró en tierra de Israel. Pero al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allí; y avisado en sueños, se retiró a la región de Galilea y fue a vivir en una ciudad llamada Nazaret; para que se cumpliese el oráculo de los profetas: = Será llamado Nazareno. =» (Mateo 2, 21-23)

San José, que como tú sepamos Escuchar la voz de Dios: «No temas…» y Contemplar su rostro de Amor y Misericordia y así nuestros miedos a Amar y ser Santos en lo ordinario de nuestra vida se truequen en solicitud alegre para hacernos pan en las manos de Dios para el hambriento. San José «enséñanos a orar…» Amén.

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En el anverso de esta pieza se reproduce una imagen de la obra titulada “El sueño de San José”, realizada en 1805 por Vicente López Portaña, que se conserva en el Museo Nacional del Prado. En la parte superior izquierda de la moneda, en sentido circular ascendente y en mayúsculas, la leyenda “España”. En la parte inferior derecha de la moneda, el año de emisión “2013”. Rodea los motivos y leyendas una gráfila de perlas y piñones interrumpida en la parte superior derecha de la moneda por un sector en cuyo interior aparece, en sentido circular descendente y en mayúsculas, la leyenda “Vicente López”

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